
Madres universitarias: ejemplos de amor y perseverancia

En saludo al Día de la Madre, la UNAN-Managua extiende sus felicitaciones a todas las trabajadoras administrativas, docentes y estudiantes que son un pilar fundamental en los hogares y en la sociedad. En reconocimiento a su función como líderes en sus espacios de desarrollo académico y social, compartimos algunas semblanzas de madres inspiradoras, ejemplos de amor y perseverancia.
El amor de los nietos te transforma

Soy originaria de Chinandega, tengo treinta y seis años de laborar en la UNAN-Managua. El trabajo en la Universidad que me vio crecer como profesional ha sido satisfactorio, al igual que las experiencias vividas junto a mis estudiantes.
Llevar un equilibrio entre la familia y el trabajo implicaba mucha responsabilidad. A pesar de la distancia, siempre conté con el respaldo de mi mamá y abuela cuando era estudiante.
Con la Revolución las mujeres pudimos lograr una transformación social que propició abrirnos caminos e integrarnos para tener mejores condiciones de vida. Yo logré alfabetizar a 10 personas en León, esa experiencia hermosa me ayudó a reconocer el valor de Revolución y nos enseñó como jóvenes a educar con amor a los niños.
Entre mis recuerdos más dolorosos está la pérdida de mi mamá, mis hijos tenían 5 y 3 años, fue difícil para mí perder su apoyo y presencia, creo que el proceso más duro que puede vivir una persona es perder a una madre.
Convertirme en madre me hizo comprender su entrega, sacrificio y compromiso para ayudar a mis hijos a salir adelante. Creo que la vida es una lucha y debemos de continuar constantes para lograr nuestros sueños. Para una madre sus hijos son la mayor riqueza del mundo. Sin embargo, el amor a los nietos te transforma, los momentos que compartes con ellos son maravillosos, porque te permiten revivir el amor que tuviste con tus propios hijos.
Para una madre nunca es tarde para crecer

Soy originaria de Managua y funjo como asistente en la Editorial Universitaria, tengo 31 años de servicio a la UNAN-Managua y siento que en ella he adquirido experiencias y bendiciones en lo personal.
Tuve mi única hija a los 24 años, y en esa época fue muy complicado para mí, porque a veces no tenía quien me la cuidara y debía traerla al trabajo. Trabajar y estar atenta a ella era difícil, sin embargo, siempre tuve el respaldo de mis colegas y autoridades inmediatas, a quienes les agradezco su apoyo.
Ahora tengo dos nietos y siento como si fueran mis hijos, porque uno siente empatía de lo difícil que fue ese proceso de ser madre. Recientemente me gradué en la carrera de Gestión de la Información. A mis 50 años, dedico mis esfuerzos a mis nietos y a servirle a la institución.
Regresar a los salones de clase fue motivador, pero a la vez complejo, sin embargo, me llené de mucho ánimo para concretar mi meta. Mi mensaje a la juventud es que siga constante en la búsqueda de sus sueños, cuando ya eres madre cambias la visión que tienes del mundo.
Ser madre es un privilegio

Tengo 59 años de edad, soy directora del Centro para la Investigación en Recursos Acuáticos de Nicaragua (CIRA UNAN-Managua), estudié Ingeniería Química con máster en Gestión del Medio Ambiente y Recursos Naturales. Tengo 33 años de laborar para esta institución académica, la cual me enorgullece.
La dinámica de mi incorporación laboral inició con la oportunidad que se me brindó de participar activamente en el primer gran proyecto del CIRA UNAN-Managua, que en 1989 se encontraba en etapa de ejecución: Limnología del Lago Xolotlán, Nicaragua. Esta fue la primera experiencia como investigadora en el ámbito de los recursos hídricos.
Creo que el equilibrio entre el trabajo y la familia se logra estableciendo horarios, metas y actividades en orden de prioridad. Debemos aprovechar cada minuto para hacer las cosas en tiempo y forma. Tuve dos hijos, mi primera hija (Andrea) a los 27 años, ahora es odontóloga y mi segundo hijo (Oswaldo) a los 33, que es ingeniero en Sistemas. Ser mamá ha sido una de las experiencias más hermosas de mi vida.
Siempre tuve el respaldo institucional en todos los momentos en los que requerí de brindar atención muy esmerada a mis hijos en casos de emergencias médicas, por ejemplo. Nuestra Universidad siempre ha mostrado mucha solidaridad y empatía con las madres dando respuesta de manera integral en cuanto a beneficios sociales, consecuente con su Misión, Visión y Principios.
Mi mensaje a las madres universitarias es que no se den por vencidas en sus objetivos y que establezcan propósitos en la vida, ya que no importa la velocidad del progreso, sino que lleguemos a la meta conscientes de que dimos lo mejor de nosotras mismas.
Tener un hijo no te impide cumplir tus sueños

Soy originaria de Bluefields, fui becada interna y estoy en cuarto año de la carrera Comunicación para el Desarrollo. Tengo 23 años y ser mamá es algo maravilloso, mi hijo ha sido mi mayor motivación para seguir adelante y profesionalizarme.
Cuando escuché por primera vez el corazón de mi hijo sentí muchas emociones, es algo que no puedes decirlo con simples palabras.
Las madres jóvenes tenemos muchas dificultades y temores cuando se trata de nuestros hijos, por eso preferimos llevarlos en brazos a dejarlos con otra persona. Me ha tocado llevar a mi hijo a las clases, tenerlo en brazos y cumplir con mis tareas. Mis maestros me han respaldado en todo, el claustro docente de la carrera me ha animado a seguir adelante, ellos han sido empáticos y solidarios con mi situación personal.
Es importante que las jóvenes luchemos por los sueños y no nos dejemos llevar por prejuicios de la sociedad. Las adversidades hay que afrontarlas con coraje y valentía. Entre mis metas está terminar mis estudios y lograr un empleo que me permita desarrollarme como profesional. Dentro de cinco años me veo creciendo y logrando todos mis propósitos.
¡Feliz Día de la Madre Nicaragüense!