¡Honor a quien honor merece! 

Cada 23 de junio, desde 1960, se celebra el Día del Padre Nicaragüense, pero es hasta el 30 de junio de 2011 que los diputados presentan ante la Asamblea Nacional la Iniciativa de Ley denominada “Decreto que Instituye el Día del Padre Nicaragüense», con base al artículo 140 de la Constitución Política y los artículos 14 inciso 2, y 91 de la Ley No. 606, Ley Orgánica del Poder Legislativo.

La finalidad de esta efeméride, que en Nicaragua está ligada a la vida y obra del comandante Carlos Fonseca Amador, padre de la revolución y forjador de un proyecto de nación, es homenajear al padre que, junto a la madre, son los pilares de la familia en las áreas afectiva, económica y de formación en valores de los nuevos miembros de la comunidad.

Si bien es cierto, el amor de un hijo hacia un padre y viceversa no se limita a un día, en esta fecha se reconoce su labor, esfuerzo, dedicación, empeño y acompañamiento como seres fundamentales que aportan experiencias y actitudes para el buen funcionamiento del núcleo familiar, en el que cada una de las partes tiene una función única e irrepetible que influye en todos y cada uno de los demás miembros.

Pese a que existen buenos padres, socialmente hay un concepto que genera rechazo hacia ellos, ¿a qué se debe esto?

El maestro Norling Sabel Solís Narváez, vicedecano de la Facultad de Humanidades y Ciencias Jurídicas, plantea que, desde el enfoque antropológico, es producto de todo un proceso de aprendizaje colectivo, creado por el mismo sistema patriarcal que ha generalizado la idea de que el padre es tosco o apático a situaciones sentimentales. Por lo tanto, la sociedad, en su imaginario, entiende que el hombre rechaza todo tipo de celebración o reconocimiento.

De igual forma, recalca que dicho rechazo inicial se liga luego al resto del discurso antagónico del hombre por ejercer fuerza y poder en la familia, «esta generalización lo limita a ser visible ante la sociedad como buen padre o esposo».

Sin embargo, en los últimos años, la ONU, UNICEF y otros organismos han insistido en el rol insustituible del padre en la vida de los hijos en todos los ámbitos, así como la importancia de su acompañamiento en cada una de sus etapas para un desarrollo pleno, lo cual ha sido reforzado con múltiples campañas y efemérides, entre ellas, 1994: Año Internacional de la Familia, por resolución 44/82 de la ONU, del 9 de diciembre de 1989; Día Internacional de las Familias cada 15 de mayo, y el Día Mundial de las Madres y los Padres proclamado por la ONU en 2012.

De igual manera, UNICEF destaca la importancia del padre en la crianza de los niños con base a diversos estudios, que valoran este vínculo como el principal proveedor de salud, nutrición, estimulación, oportunidades de aprendizaje temprano y protección que los bebés necesitan para un desarrollo cerebral saludable. «Que los hombres disfruten de una paternidad plena contribuye a que los niños y niñas tengan el mejor comienzo en la vida» asegura este organismo en una publicación del 16 de junio del corriente año.

La paternidad activa y comprometida, que implica que los padres sean parte de la crianza y cuidado de los hijos, incluyendo las tareas domésticas con la madre, fomenta relaciones de género más equitativas, ya que los hijos crecen en un entorno donde existe corresponsabilidad y equidad de género y de esta manera se fortalecen los lazos parentales y de afectividad que son esenciales en la construcción de un mundo mejor.

Testimonios de 2 padres universitarios  

Ser Padre es un privilegio, una bendición de Dios expresa Giovanni Ramón Fonseca Téllez, quien es un ejemplo de responsabilidad, dedicación, esmero y amor para sus dos hijos y una niña que aún no ha nacido.

Giovanni se desempeña como conserje de la Secretaría General de esta Universidad, no obstante, también es un padre de familia que comenta sobre los desafíos que ha enfrentado debido a que su primer hijo sufrió de complicaciones durante su nacimiento, entre ellas, asfixia severa, parálisis cerebral infantil y fue sometido a cirugía con tan solo un día de nacido. «Mi esposa lloraba y yo la consolaba, aunque por dentro estaba sufriendo, pero debía hacerme el fuerte para poderle dar el acompañamiento de esposo que necesitaba y pedirle un milagro a Dios por mi hijo… Solo un padre sabe lo que siente en su corazón por su hijo».

Asimismo, expresa que siempre estuvo seguro de darle a su hijo el amor y atención que demandaba y luchar junto a su esposa porque tuviera una vida digna «gracias a los cuidados de ambos hemos logrado pasar la prueba de fe». Al respecto, se refirió a los múltiples cuidados, atenciones médicas, cirugías y terapias en Los Pipitos y Los Mimados que ha propiciado que el niño progrese significativamente: mueve su cabecita y su cuerpo, se ríe y se estira, acciones que anteriormente no realizaba. «Lo chineo, lo abrazo, lo beso. Él me reconoce, cuando escucha mi vos, me sonríe».

Por otro lado, sostiene que, aunque su primer hijo le demande tiempo, no descuida la atención de segundo hijo con quien juega futbol, hacen tareas juntos y busca que cada momento sea de calidad. «Nuestra familia la conforman 5 miembros, tenemos nuestra casa y el trabajo no impide que podamos practicar la corresponsabilidad y cuidado de nuestros hijos», afirmó.

Mis hijos son el tesoro más valioso de mi vida asegura el maestro Gerald Flores, coordinador de la carrera de Diseño Gráfico y Multimedia; quien refiere que ser padre de tres niños (6 meses, 10 y 14 años) es una experiencia única e indescriptible que a cada momento llena el vaso de la felicidad, sobre todo cuando se les ve avanzar en cada etapa de su vida.

El maestro Flores considera que el equilibrio entre el trabajo y la familia es esencial para cumplir con todos los roles y no descuidar a los hijos sobre todo cuando requieren atención diferenciada por las edades e intereses de cada uno. Asegura, que las tecnologías le han permitido estar conectado con ellos y durante el día darle el seguimiento y respaldo pedagógico que necesiten. No obstante, señala que los tiempos en familia son importantes para formación integral de los menores «como padres no descuidamos, la recreación, la cultura y el deporte, siempre estamos en esos momentos importantes y le apoyamos en todo aquello que aporte a su crecimiento físico, emocional y espiritual»

Testimonio de dos hijos   

Por otro lado, Mameli Sevilla, estudiante de la UNAN-Managua, valora el amor y trabajo de su padre Mercedes Sevilla, quien influyó en su vida con la transmisión de valores y principios a partir del ejemplo. «Algo que destaco de mi padre es el tiempo que me da para que yo me dedique al estudio y a la investigación, incluso ha hecho los deberes del hogar que me corresponden para que me dedique a mis lecturas. ¡Es un padre maravilloso!

Mameli recuerda que, su amor a lectura nace por influencia de su padre. «Él leía y me dejaba tocar sus libros, cuando aprendí a leer me los dio». Aunque su papá no cuenta con un certificado académico deduce que su deseo era ser docente porque por los comentarios expresados. «No olvido su amor por mí», afirma luego de memorar sus viajes juntos al campo para contemplar la naturaleza. «Me enseñó a amar el campo, el trabajo y el estudio», agrega.

A mi criterio, también hay padres que lo pueden dar todo por sus hijos, por ejemplo: Dios y mi padre; ¡Mi padre lo ha dado todo por mí!

Por su parte, el maestro Armando Muñoz, periodista de la UNAN-Managua, reconoce que su padre, Daniel Muñoz, fue un pilar fundamental en todos los ámbitos de su vida, ya que le enseñó principios y valores como el respeto a la mujer, lo dañino de los vicios, cómo tomar buenas decisiones, el amor y cuido de la naturaleza y el amor al trabajo, nos recalcaba que las cosas se hacían con calma hasta terminarlas, pero debían hacerse bien; «procuró que aprendiéramos a trabajar en todo lo que él podía».

Una de las cosas que no olvida es su primer libro «Romeo y Julieta», el cual necesitaba para un trabajo escolar por lo que salieron juntos a buscarlo hasta encontrarlo, ya que siempre estuvo pendiente de sus estudios, de que no abandonara la carrera para verlo ejercer su profesión. «Aprendí mucho de él, sus conocimientos sobre la naturaleza, cuándo va a llover, el cambio de la luna para cultivar, cómo y qué árboles plantar, el ciclo biológico de los ecosistemas», entre otras cosas.

El maestro Muñoz sostiene que su vida sin él no hubiese sido igual, ya que tanto la figura materna como paterna son fundamentales en la vida de un niño. «Todos necesitamos esa figura que sirva de ejemplo, que nos ame, apoye, respalde y aconseje», agregó.

La primera celebración del día del padre en el mundo se le debe a Sonora Smart Dodd, de Washington, Estados Unidos, quien, en 1909, mientras asistía a una misa con motivo del día de la madre, se le ocurrió hacer otra misa para homenajear a su padre, un veterano de la guerra civil que había enviudado cuando su esposa daba a luz a su quinto hijo, quedando este a cargo de los cinco niños, que crio de manera ejemplar.

¡Honor a quien honor merece!