
Formación de profesionales de agronomía, tarea clave en el mejoramiento de la producción agropecuaria

Con el desarrollo de los procesos agrícolas y el crecimiento de la producción de diferentes rubros en la región norte del país ha surgido la necesidad de más agrónomos. Desde 1998, la UNAN-Managua mediante el Centro Universitario Regional de Matagalpa da respuesta a esta demanda de formación de profesionales en la carrera de Ingeniería Agronómica. Actualmente, se cuenta con una matrícula de 378 estudiantes.
El CUR-Matagalpa ha trabajado de la mano de los productores por más de 20 años, brindando apoyo a fincas, consolidándose como un actor clave en el territorio productivo; ha establecido rutas para el fortalecimiento de las capacidades de los estudiantes por medio del estudio de campo y la investigación, a su vez, brinda la oportunidad a los productores de incorporar el conocimiento técnico, impulsando el desarrollo agronómico en el departamento de Matagalpa.
CUR-Matagalpa y su rol en la agronomía
El acompañamiento a productores ha facilitado la optimización de los recursos, creación de sistemas resilientes; los estudiantes promueven el enfoque SHEP, concepto híbrido de economía y psicología que se sostiene del diseño de actividades que desarrollan «la motivación del agricultor». Esta iniciativa impulsada por JICA dota a los actores claves de conocimiento para producir y vender implementando diferentes herramientas.
Los estudiantes de Agronomía fortalecen sus competencias mediante la investigación, acompañamiento técnico y sus prácticas que han permitido el diseño de más de 40 planes de fincas en los últimos tres años, transformando el enfoque de transición de los modelos convencionales hacia los modelos agroecológicos, que sugieren un trato amigables con el medioambiente, con perspectiva ecológica, económica y social.
Desde la perspectiva de la investigación, cada plan de finca que se implementa cuenta con un diagnóstico científico del estado de los recursos naturales, su nivel de sostenibilidad en referencia a las tecnologías utilizadas, la rentabilidad del sistema productivo, pero también, la situación alimentaria de las familias, de manera que se destaca el aporte de la finca en la producción de alimentos.
Tecnologías agroecológicas para una agricultura sostenible
Desde la academia se impulsan prácticas para la sostenibilidad y salud del ecosistema agrícola, actualmente, se están validando más de 5 tecnologías agroecológicas entre las que destacan el uso de caldo sulfocálcico, como una alternativa natural para el manejo de enfermedades como la roya, antracnosis, ojo de gallo, por citar algunas, también se está utilizando tecnologías para incrementar la fertilidad y la nutrición de los suelos (microorganismos de montaña sólidos y líquidos).

El uso de estas tecnologías busca fortalecer la microbiología y la materia orgánica del suelo como un elemento clave para el equilibrio de la fertilidad, así como para reducir costos de producción, aumentar la producción y economía de las familias. Como parte de los resultados de las validaciones en 10 fincas de las comunidades Las Escaleras y La Estrellita, donde se ejecutaron estas prácticas amigables este año, se podrá compartir los resultados a más de 200 familias productoras.
Impacto de la agronomía en el desarrollo de pequeños productores
Este año, se están implementando diagnósticos productivos en coordinación con las cooperativas ODESAR y la Fundación Denis Ernesto González, integradas con al menos 30 productores de las comunidades de Samulalí, Piedra Colorada, Guadalupe y San Ramón. Los futuros agrónomos realizan caracterización social, estudio de suelo y productividad de las fincas, para que el productor conozca las fortalezas y oportunidades que tiene en su parcela; esta experiencia les ayuda a conocer el manejo de fincas y la familiarización con el trabajo del campo, los productores actores conocen más sobre bioinsumos, fungicidas naturales y abonos orgánicos que se pueden elaborar con materia prima existente en sus tierras.
Como parte del desarrollo y fortalecimiento de competencias en referencia a las áreas pecuarias, los futuros profesionales implementan sus conocimientos en 6 fincas de productores ganaderos, donde realizan la vacunación, el desparasite, vitaminado y bañado de animales, pero además, elaboran alimentos y harinas para los mamíferos a base de los recursos que existen en el terreno, donde el productor tiene la oportunidad de tener una finca autosustentable y autosuficiente a través de la optimización de los recursos con los que cuenta.
De igual manera, se realizan planes sanitarios de finca, que implican acciones y medidas preventivas para prevenir enfermedades y plagas en el ganado, favoreciendo el bienestar animal y la mejora de la calidad de la producción. Los estudiantes también se involucran en la identificación de bodegas; actualmente, se realiza la evaluación de bioinsumos a 15 fincas de productores de La Dalia, San Ramón, Sébaco y en la comunidad de Palcila, donde se han instalado parcelas experimentales para evaluar la eficacia, seguridad y calidad del bioinsumo en condiciones reales, con el objetivo de mejorar la eficiencia de la producción, reducir los riesgos de contaminación y promover la agricultura sostenible.
Agronomía del campo para el campo
La formación académica en esta carrera ha trascendido a 16 sedes de UNICAM, Programa Emblemático que actualmente cuenta con una matrícula de 635 estudiantes de Agronomía, quienes desde sus comunidades están aportando al desarrollo sostenible de la agricultura en Nicaragua.
Los futuros profesionales desde ya están implementando sus conocimientos en más de 40 fincas de Samulalí, Limixto, La Dalia, San José de Bocay, Las Mangas, San Dionisio, Río Blanco, Matiguas, Mulukukú, Waslala, Rancho Grande, Las Calabazas, Terrabona, Sébaco, El Naranjo y San Isidro. Los jóvenes además están fortaleciendo sus conocimientos en cooperativas de café, cacao, ganado y otros rubros en los que sus protagonistas han estrechado lazos de amistad con la UNAN-Managua para formar profesionales integrales y comprometidos con aportar al desarrollo local y la sostenibilidad de los sistemas agropecuarios para garantizar un futuro mejor a las familias nicaragüenses.