
Sashary Zúniga, joven y líder promotora de la educación, la cultura y el compromiso con conciencia social

Para mí, la universidad no solo forma profesionales, también forma conciencia, compromiso y amor por el pueblo»
Sashary Dayaleth Zúniga Gutiérrez es estudiante del segundo año de la carrera de Contaduría Pública y Finanzas en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua (UNAN-Managua), en el CUR-Carazo General Miguel Ángel Ortez. Su ingreso a esta institución marcó el inicio de un proceso transformador en su vida académica, personal y social, guiado por los valores y principios del pensamiento sandinista que promueve la universidad como justicia social, solidaridad, compromiso con el pueblo y defensa de la soberanía.
Desde temprana edad, esta joven mostró interés por el orden, la responsabilidad y la comprensión del funcionamiento financiero tanto a nivel personal como institucional. Esta inclinación natural motivó su elección profesional, la cual ha enriquecido progresivamente con una visión más amplia, reconociendo en su carrera una herramienta estratégica para impulsar el bienestar colectivo y la transformación social desde la educación financiera y el liderazgo comunitario. «Para mí, la universidad no solo forma profesionales, también forma conciencia, compromiso y amor por el pueblo», refiere.
Durante sus primeros días en la universidad, enfrentó los desafíos comunes de adaptación, tales como el temor al entorno académico y la incertidumbre sobre su desempeño. No obstante, con perseverancia, apertura al aprendizaje y una clara vocación de servicio, logró integrarse plenamente a la vida universitaria.
Su participación en el gremio estudiantil surgió de manera natural, influenciada por amistades cercanas y por la identificación con los ideales revolucionarios heredados de su entorno familiar. Su primer acercamiento fue como integrante de la Brigada Ambiental del Movimiento Ambientalista Guardabarranco, experiencia que le permitió desarrollar habilidades de liderazgo, trabajo en equipo, gestión de recursos y pensamiento crítico.
Posteriormente, su destacada participación y capacidades organizativas la llevaron a asumir la coordinación del Movimiento Cultural Leonel Rugama, desde donde impulsa actividades artísticas y culturales orientadas a fomentar la conciencia social, el pensamiento crítico y el desarrollo humano. Concibe la cultura como una herramienta transformadora que contribuye activamente a la construcción de una ciudadanía comprometida y consciente.
Su compromiso con la formación integral se refleja también en su participación en espacios de innovación y emprendimiento. Destaca su participación en el Hackathon Nicaragua, además desde su primer año, junto a su equipo, obtuvo el primer lugar en la categoría de mejor idea innovadora del Departamento de Ciencias Económicas y Administrativas, reafirmando su convicción sobre el poder transformador de las ideas juveniles.
Su labor en movimientos estudiantiles y culturales es inminente, también forma parte del proyecto social «La Mascota», desempeñando funciones como docente voluntaria de inglés, una muestra más de su vocación de servicio y de su disposición a compartir conocimientos con las comunidades más vulnerables.
Esta universitaria ha demostrado capacidad de liderazgo, empatía, resiliencia y una profunda conciencia social, enfrenta con madurez los retos inherentes al trabajo organizativo, como la gestión del tiempo, la crítica constructiva y la diversidad de opiniones, respondiendo siempre con diálogo, respeto y firmeza en sus convicciones.
Actualmente, su proyecto de vida ha evolucionado hacia metas más amplias, entre las cuales destacan su deseo de continuar su formación académica y especializarse en áreas que integren lo técnico y lo social, aspira a desarrollar iniciativas de educación financiera, promover el emprendimiento juvenil y fomentar espacios de participación comunitaria, siempre bajo la premisa de contribuir al desarrollo humano sostenible de Nicaragua. «Lo que hago, lo hago por amor al pueblo y al legado que mi familia me inculcó desde niña».
Para Sashary, la UNAN-Managua ha sido un centro de formación profesional, y una verdadera escuela de vida, donde ha aprendido a liderar, a servir y a construir con sentido de responsabilidad social, coherencia ideológica y un firme compromiso con los ideales revolucionarios que marcan su identidad como joven nicaragüense.