
UNAN-Managua conmemora el Día de la Dignidad y Alegría Universitaria

Autoridades universitarias, gremios, estudiantes y trabajadores de la institución se concentraron en la Plaza del CSUCA para participar en una caminata organizada en saludo al Día de la Dignidad y Alegría Universitaria (13 de julio), fecha en la que se conmemora la recuperación de las instalaciones del Recinto Universitario Rubén Darío, que había sido secuestrado, saqueado y destruido por grupos delincuenciales durante el intento de golpe de Estado en el año 2018.
En el acto inaugural, la maestra Ramona Rodríguez Pérez, Rectora de la UNAN-Managua, Presidenta del CNU y del CSUCA, refirió que la efeméride representa las luchas y victorias universitarias. «La comunidad universitaria está comprometida con el pueblo de Nicaragua, nos disponemos a fortalecer los valores y principios revolucionarios de los héroes y mártires de la revolución, quienes derramaron su sangre para que nosotros hoy gozáramos de una educación gratuita y de calidad», puntualizó.

Durante la caminata, autoridades de las Facultades de Humanidades y Ciencias Jurídicas, Ciencias Médicas, Ciencias Económicas, Educación e Idiomas, Ciencias e Ingeniería, POLISAL, y de los Institutos y Centros de Investigación de la Universidad compartieron mensajes con la comunidad universitaria en los que instaron a cuidar los recursos de la institución y apoyar los proyectos revolucionarios.
«El trabajo que emprende la UNAN-Managua como una institución al servicio del pueblo y de las clases trabajadoras la convierte un referente nacional que responde a los intereses del pueblo nicaragüense. Por medio del Programa UNICAM, se está llevando a las comunidades progreso y esperanza. Ratificamos nuestro compromiso con los trabajadores y universitarios de aportar al bienestar del país», manifestó maestro Jaime López Lowery, Secretario Técnico del CNU.

Sobre el 13 de julio
Durante la ocupación del Recinto Universitario Rubén Darío y la Facultad Regional Multidisciplinaria de Carazo de la UNAN-Managua se provocaron daños y saqueos que ascendieron a trecientos treinta y tres millones de córdobas. Las aulas de clase se convirtieron en burdeles, cantinas y cuartos de torturas.