
Kevin Arana Cruz: «La prevención impacta positivamente en la vida de las personas y en la mejora de las organizaciones»

El trabajador debe regresar a su hogar, tal como ingresó al trabajo»
Surgido de una familia trabajadora, Kevin Arana fue el único de cuatro hijos que estudió una carrera profesional y el primero que se formó como médico. Desde joven destacó por su espíritu emprendedor; vendía artículos de segunda mano para apoyarse con sus estudios. Cursó gran parte de su educación secundaria en la Escuela Preparatoria Nocturna de la UNAN-Managua, un programa del cual también egresó su mamá, por lo que desde joven fue desarrollando identidad con la UNAN-Managua.
Se esforzó por tener una educación secundaria sólida porque aspiraba ser un profesional. En el año 2014 ingresó a la carrera de Medicina en la UNAN-Managua, miraba en esta carrera una herramienta para aportar al bienestar de las personas. Sacrificó horas y tiempo porque, según comenta, la carrera implicaba mucho esfuerzo, muchas horas de lectura y concentración; fue un aislamiento moderado de actividades sociales.
En el Hospital de Juigalpa realizó su internado durante un año, donde atendía a pacientes y aportaba a las actividades de prevención impulsada por el Ministerio de Salud en cumplimiento de las políticas del buen Gobierno Sandinista. Estos años fueron una verdadera escuela de vida, donde comprendió que la teoría y la práctica deben complementarse para formar profesionales integrales.
Tras completar su internado, Arana trabajó en comunidades chontaleñas durante los dos años de su servicio social, donde acumuló experiencia que fortaleció su solidaridad con la población. «Fueron tres años en Chontales que me ayudaron a consolidar mi interés por la prevención y la promoción de la salud en entornos laborales y comunitarios».
Con una visión clara de que la formación constante es esencial, decidió ingresar a la Maestría en Salud Ocupacional en el Centro de Investigaciones y Estudios de la Salud (CIES) de la UNAN-Managua. Allí se familiarizó con la investigación científica aplicada a la salud laboral. Antes concebía la salud ocupacional como un componente operativo y clínico, en la maestría descubrió la importancia de la investigación como un eje transformador, mediante el análisis de datos, la identificación de factores de riesgo que conllevaran a proponer soluciones basadas en evidencia en beneficio de los pacientes y de las empresas, porque al mismo tiempo que se cuida la salud del trabajador se asegura la productividad.
Desde su trabajo académico en UNAN-Managua/CIES se ha enfocado en la línea de investigación Sistemas de gestión en salud y seguridad del trabajo, con énfasis en la gestión de riesgos ocupacionales; esto le ha permitido participar en jornadas de investigación científica y en programas de internacionalización, colaborando con estudiantes y especialistas de diferentes países latinoamericanos. En estos proyectos, analizan buenas prácticas en sistemas de gestión de salud y seguridad ocupacional en empresas de transporte y otros sectores industriales, generando conocimiento que puede aplicarse en múltiples contextos.
Su experiencia en la Maestría en Salud Ocupacional le ha demostrado que esta disciplina está vinculada con distintos campos profesionales; desde las leyes, la economía, la industria y la medicina se puede aportar a la prevención y gestión de riesgos laborales. «La maestría enseña a investigar, genera cultura preventiva y amplía conocimientos en distintas disciplinas para salvaguardar la vida del trabajador», afirma.
Arana ha abonado a la formación de profesionales en salud ocupacional, guiándolos en tutorías, proyectos de investigación y prácticas profesionales, donde combina la teoría, la investigación y la práctica aplicada a escenarios reales. Para él, una meta importante es que los trabajadores puedan llegar a su trabajo y regresar a casa tal como ingresó a la empresa, un principio central en toda estrategia de salud ocupacional; no obstante, la responsabilidad es compartida, todos los eslabones de la organización deben adoptar una cultura de prevención.
Además, el doctor Kevin ha contribuido a investigaciones sobre riesgos ergonómicos, salud mental y gestión de seguridad en distintos sectores; puesto que la salud ocupacional es una amplia variedad de procesos organizacionales que busca la salud y la seguridad del trabajador, mediante acciones, políticas y promoción de una cultura preventiva y de educación continua.
Es elemental conocer en qué trabajan los pacientes para comprender las causas de los problemas de salud. Si la jornada laboral es de ocho horas, más del 30% del día está en su trabajo, la probabilidad de que su estado de salud esté vinculada al trabajo es muy alta, considera. Por eso la salud ocupacional se ha actualizado hasta incorporar herramientas modernas como la inteligencia artificial, para automatizar procesos que antes se realizaban manualmente, optimizar la evaluación de riesgos y preparar a los profesionales para enfrentar un mundo laboral cada vez más tecnológico y exigente, bajo la premisa de que los nuevos empleos demandan métodos modernos de investigación para comprender fenómenos vinculados a la salud laboral.
En el ámbito personal, el académico combina su rigurosidad profesional con un fuerte compromiso humano. Su motivación principal es garantizar que los procesos laborales se desarrollen en condiciones seguras. Esta combinación de ética profesional, formación académica y pasión por la investigación lo convierte en un referente en salud ocupacional en Nicaragua, un profesional que transforma la teoría en acción y que espera aportar a un futuro más seguro y saludable para los trabajadores del país.