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Universidades públicas, formadoras de comunicadores al servicio del pueblo

Universidades públicas, formadora de comunicadores al servicio del pueblo

«Yo considero que un periodista tiene que ser un estadista, aunque escriba, por ejemplo, de cultura, porque está desempeñando un papel político importante, porque si está defendiendo la identidad, está resaltando valores, está defendiendo eso.»

Comandante Fidel Castro Rush

Al momento de elaboración del presente artículo, compromisos, retos y desafíos se presentan para la formación profesional de la juventud en materia de comunicación; puesto que las complejidades de la disciplina demandan de una comprensión profunda de la psiquis humana, más en circunstancias donde el principal reto es identificar las medias mentiras, medias verdades y verdades verdaderas; nuestras universidades han asumido el necesario compromiso de formar comunicadores que estén siempre al servicio del pueblo y que encuentren la inmunidad a toda la propaganda imperialista que los desvincule de las verdades verdaderas.

La comunicación humana como herramienta básica del desarrollo

La comunicación tiene una dinámica compleja con un rol fundamental debido a que es un mecanismo natural para el desarrollo humano, mediante ella transmitimos un conjunto de ideas haciendo uso de los procesos cognitivos y el lenguaje. Para Noam Chomsky, el lenguaje tiene un rol fundamental en el desarrollo de la comunicación, en su teoría sobre la Gramática Universal la describe como una capacidad innata en el ser humano, que se forma según la capacidad de asimilación de este.

Las características sociales a las que pertenecemos influyen en todos los procesos cognitivos del individuo, moldeando la forma en que pensamos y percibimos el mundo. Se trata de un proceso recíproco en el que se encuentran las bases fundamentales para la adquisición del lenguaje o la gramática universal, tal como lo detalla su autor. Esto es esencial, ya que de ahí surge el desafío para la disciplina comunicacional de desarrollar un proceso de adaptación de las herramientas y técnicas que permitan al profesional mantenerse siempre firme al servicio del pueblo.

Imposición del imperio de sus mentiras como verdades absolutas

En el actual contexto, identificar las medias mentiras, medias verdades y las verdades verdaderas representa un compromiso fundamental para el profesional de la comunicación, en especial porque se vincula con el principio de difundir la verdad a las familias, informar sobre acontecimientos reales en un contexto donde el poder de la oligarquía se apropia de los medios de comunicación y difunde de manera masiva mentiras que pretenden confundir a los pueblos.

En el contexto actual, identificar las medias verdades, las mentiras parciales y las verdades auténticas constituye un compromiso esencial para el profesional de la comunicación. Esto es particularmente relevante porque se vincula con el principio de difundir la verdad a las familias e informar sobre acontecimientos reales, en un entorno donde el poder de la oligarquía se apropia de los medios de comunicación y propaga masivamente falsedades destinadas a confundir a los pueblos.

Pero ¿a qué se refiere la expresión ‘información engañosa’ o ‘verdades auténticas’? Aunque pueda parecer simple, tras estas nociones subyacen complejos planteamientos filosóficos con implicaciones estratégicas en los ámbitos económico, social, político y cultural.
La complejidad del contexto mundial, marcado por el surgimiento de un nuevo orden multipolar, se acentúa porque el imperio norteamericano busca dividir a los pueblos mediante información completamente falsa o engañosa. Este tipo de estrategias se emplea para fomentar revoluciones de colores, golpes de Estado, conflictos y desestabilizaciones de gobiernos, presentándolos como movilizaciones genuinas, cuando en realidad son maniobras destinadas a preservar el poder de las clases oligárquicas al servicio del imperio.

Ejemplos de estas situaciones abundan. Desde la década de los 80, se han implementado las conocidas revoluciones de colores o revoluciones de terciopelo, practicadas y perfeccionadas en Checoslovaquia, Hungría y Polonia. Estas aprovecharon el pensamiento colectivo de los pueblos en el contexto de la URSS y, posteriormente, en los alrededores del espacio postsoviético.

Con lo anterior, no se exagera el rol de la comunicación como factor decisivo; por el contrario, se la visualiza como un instrumento catalizador de procesos cognitivos, afectivos y motivacionales que generan comportamientos sociales capaces de romper con el orden social, comunitario y familiar. En este sentido, Marianna Abrámova e Irina Vershínina, en su artículo “Las nuevas tecnologías de las ‘revoluciones de colores’ en el espacio postsoviético: aspectos legales”, publicado por la Universidad de La Habana, reafirman el papel de los diversos componentes diseñados por los grupos de poder imperialistas para influir en la sociedad, incluyendo los medios de comunicación en todas sus dimensiones.

La tecnología desempeña un papel ampliamente explotado por estos grupos de poder. Por ejemplo, la analítica predictiva ha sido utilizada como herramienta de análisis para prever comportamientos individuales y sociales, empleando métodos de la psicología del consumidor que inciden en las bases fisiológicas del comportamiento humano.

Un caso emblemático es el de los acontecimientos en Irak en 2003, que inauguraron un nuevo siglo con modalidades de intervención donde la manipulación de la percepción pública se convirtió en la primera estrategia para iniciar una guerra. Años después de la operación militar en Irak, el Ejército de los Estados Unidos reconoció en un informe que el derribo de la estatua de Saddam Hussein fue diseñado por un equipo de Operaciones Psicológicas. “Nuestro ETP —o Equipo Táctico Psiop— vio la estatua como un objetivo oportuno”, destacaron en el documento. La guerra en Irak marcó el punto culminante de las formas de psicoguerra doméstica en los propios Estados Unidos, logrando niveles de aceptación pública y evitando los efectos del llamado “síndrome de Vietnam”.

El caso de Libia representa otro modelo del impacto de la comunicación en la gestión de la percepción social. El perfeccionamiento de técnicas basadas en los planteamientos de Gene Sharp alcanzó nuevos niveles de influencia masiva sobre la cognición colectiva, creando vínculos entre estados psicológicos como la ansiedad, el miedo, la deconstrucción de la identidad colectiva y la alienación social, con el fin de derribar las defensas psicológicas de cada individuo.

Cuba, Venezuela y Nicaragua son algunos de los pocos países donde las estrategias de operaciones psicológicas y el modelo de Gene Sharp han tenido poco o ningún éxito. A pesar de la agresividad en plataformas virtuales por parte del imperio estadounidense, no han logrado quebrar la voluntad popular de estos pueblos, quienes, por el contrario, han fortalecido su identidad nacional y su defensa de la soberanía. A partir de esto, cabe preguntarse: ¿qué diferencia hay entre el éxito obtenido en Irak y Libia y el fracaso estrepitoso en países como Cuba, Venezuela y Nicaragua? Los factores son complejos y diversos, pero uno de ellos radica en la forma de comunicación establecida entre las bases populares y sus gobiernos. Cuanto más fortalecida está esta comunicación, mayor es la capacidad para contrarrestar información falsa o engañosa, al tiempo que se difunden verdades auténticas que empoderan a las personas, familias y movimientos sociales. Estas verdades, denominadas “verdades verdaderas”, se caracterizan por hablar por sí solas, visibilizarse mediante acciones concretas y específicas, y ser tangibles para cada ser humano, identificadas y vivenciadas por las familias.

Verdades Verdaderas

El comandante Fidel Castro afirmó el 25 de marzo de 2003: “El arma más sofisticada y eficaz con que cuenta hoy el mundo para neutralizar las actuales doctrinas bélicas es la opinión pública internacional y, en particular, la de Estados Unidos”. Por su parte, Liuba Y. Peña Galbán, Ludmila Casas Rodríguez y Magalys Mena Fernández sostienen que “las últimas guerras han demostrado que las victorias se alcanzan mediante la combinación de formas y métodos de lucha. El desgaste psicológico y la subversión ideológica se enfrentan a la conciencia política, la voluntad de lucha y la capacidad de resistencia psicológica, y las batallas en esta esfera comienzan desde tiempos de paz”. Esto subraya que los movimientos sociales han comprendido la esencia de los intentos de desgaste del imperio y, a su vez, han creado mecanismos de protección para las familias y pueblos de la región.

Asimismo, se confirma que “frente a un enemigo con supremacía militar y tecnológica, las batallas políticas, ideológicas y psicológicas, junto con formas de lucha irregular, adquieren una importancia singular en la defensa del país”. De ahí la necesidad de que los gobiernos populares protejan a sus pueblos de las influencias del imperio en un mundo globalizado. Preservar y fortalecer la identidad social y cultural, así como consolidar los principios y valores nacionales, resulta trascendental en la lucha contra las acciones hegemónicas. En este contexto, los medios de comunicación tradicionales, alternativos y contrahegemónicos desempeñan un rol clave, y las estrategias diseñadas son esenciales para difundir las “verdades verdaderas”.

Las nuevas tecnologías no son enemigas; pueden ser el reflejo virtual de una organización social tangible. A pesar de las reglas impuestas por el imperio en estas plataformas, la educación tecnológica y emocional permite comprender que son solo un medio, no necesariamente un reflejo de la realidad, pero también una herramienta desde la cual se pueden difundir verdades auténticas.

Universidades públicas de Nicaragua comprometidas con las Verdades Verdaderas

“[…] La lucha por la Verdad Verdadera, la comunicación que nos permite acceder a fuentes seguras de información, que nos permite conocer las verdades verdaderas que otros pretenden ocultarnos, ¿por qué será? Uno sabe, sabemos por qué nos desinforman y por eso buscamos siempre cómo construir capacidad para informar y hacerle frente a la desinformación que destruye, que mina, que corroe las sociedades, nuestro mundo”, expresó la Copresidenta de la República de Nicaragua.

Las universidades comprometidas con la formación del pueblo enfrentan el gran reto de preparar profesionales capaces de identificar y desmentir información falsa, promoviendo la Verdad Verdadera. Esto implica que la comunicación refleje la realidad de los pueblos en sus diversos escenarios, celebrando los logros auténticos en la restitución de derechos y denunciando las acciones del imperio que vulneran la integridad, la identidad y la soberanía de las naciones.