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REPORTAJES

Los volcanes son más que erupciones y lava

Los volcanes son más que erupciones y lava

La palabra volcán proviene del dios romano del fuego, Vulcano. Se refiere a una estructura geológica por la que emerge el magma en forma de lava, cenizas volcánicas y gases del interior de la Tierra.

Históricamente los volcanes han estado relacionados con erupciones, lavas y gases; sin embargo, su actividad es esencial para la regulación de la temperatura terrestre y son fuente de materia prima para muchas actividades del medioambiente y del ser humano.

Un volcán es el resultado visible en la superficie terrestre de un largo proceso geológico. La continua acumulación de material forma relieves cónicos conocidos como edificio volcánico. En la clasificación de estas formaciones se consideran extintos aquellos que tienen una posibilidad de explotar casi nula y estuvieron activos en periodos muy lejanos; inactivos los que tienen probabilidad muy baja de hacer erupción y activos que han tenido erupciones en los últimos 10,000 años; estos pueden entrar en actividad eruptiva, aunque la mayor parte del tiempo permanecen en reposo. En la Tierra existen cerca de 1,900 volcanes que se consideran activos; en este grupo entran aquellos que muestran cierto nivel de actividad y que se espera que vuelvan a explotar. 

El primer fenómeno que implica un riesgo es la erupción volcánica, cuando el volcán expulsa gases, cenizas, lava y rocas de diferentes tamaños; estos materiales pueden trasladarse a varios kilómetros de distancia. Los procesos que se dan durante algunas erupciones dependen de las características y forma en que sale el magma; las coladas de lava, caída de cenizas, flujos piroclásticos, emanaciones de gases, lahares o flujos de lodo, eventos sísmicos y tsunamis, son algunos de ellos.

Durante una erupción explosiva se emiten a la atmósfera una mezcla de gases y piroclastos de diversos tamaños; el ácido clorhídrico, el ácido sulfhídrico, el ácido sulfúrico, el amoníaco y otros gases tóxicos pueden salir durante esa erupción. Las avalanchas y los deslizamientos de ladera también son causados por los volcanes debido a que muchas estructuras volcánicas están formadas por la acumulación de los materiales de erupciones sucesivas, los que se encuentran sueltos y superpuestos de forma inestable y propensos a deslizarse por el efecto del agua de lluvia o por otra erupción. Los tsunamis constituyen un peligro secundario generado por un deslizamiento de ladera de un gran edificio volcánico o por flujos piroclásticos masivos que entran en contacto con una masa de agua.

A pesar de los peligros, existen muchas razones por las que los volcanes son esenciales para la vida en la Tierra. Las erupciones volcánicas son determinantes en el funcionamiento de la energía interna que almacena la Tierra, en su temperatura y para equilibrar la dinámica de nuestro planeta. La actividad volcánica, a lo largo de la historia, contribuyó a la formación de la atmósfera y al desarrollo de la vida. Estudios recientes han demostrado que los volcanes apagados, así como ciertas rocas asociadas a la evolución de las calderas pueden ser depósitos de oro, plata, cobre, zinc y molibdeno.

La energía geotérmica es un recurso cuya fuente primordial son los volcanes; en ciertos países el calor generado por los volcanes es empleado para la calefacción de casas y calles. El vulcanismo ayuda a la formación de acuíferos y manantiales a partir del agua contenida en las rocas volcánicas. Las fumarolas y los compuestos minerales sirven para aguas termales y para la fabricación de medicamentos naturales. Los metales que se pueden encontrar en soluciones hidrotermales o en los volcanes como el plomo, cobre o litio se emplean en la industria de baterías, paneles solares, celulares, computadoras, cámaras digitales y vehículos.

La ceniza expulsada por los volcanes ha sido empleada en la construcción y la fabricación de cemento. Los romanos usaban hormigón con ceniza volcánica en sus construcciones; ellos descubrieron que algunos materiales de origen volcánico reaccionan con la cal y el agua, formando compuestos hidratados resistentes y estables. El panteón romano es un ejemplo de este tipo de edificaciones. En años recientes se ha empleado como fertilizante para cultivos porque retiene la humedad del suelo y mineraliza materiales ricos en aluminio, sodio y potasio, elementos indispensables para cultivos como el café. Algunos materiales como lapilli y pómez evitan la evaporación de los terrenos cultivados.

Las culturas precolombinas heredaron utensilios de cocina y esculturas elaboradas con rocas volcánicas, y en el año 2013 investigadores del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey propusieron utilizar ceniza volcánica en la industria textil para elaborar artesanías, sellar superficies que serán pintadas, remover pintura o limpiar moldes para fundición.

Algunas especies marinas usan las sustancias químicas generadas por las chimeneas hidrotermales submarinas como fuentes de energía. Recientemente, se demostró que el hierro emitido por los volcanes submarinos es transportado por las corrientes marinas y nutre al fitoplancton que sirve de alimento a muchas especies. Investigadores de la Universidad de California descubrieron que el vapor y el calor de los volcanes ayudó a especies de plantas y animales a sobrevivir durante periodos glaciales. 

Piedras preciosas como el zafiro, el rubí y los diamantes emergen a la superficie gracias a las erupciones volcánicas. Las fonolitas laminares, la obsidiana y algunos tipos de basaltos se usan como elementos decorativos en las fachadas de edificios. En las partes altas de los volcanes se instalan torres de comunicación, también su altura es favorable para ciertos cultivos, para deportes de montaña y turismo.

La Cadena Volcánica de Centroamérica es el resultado de la subducción de la Placa de Cocos tipo oceánica por debajo de la Placa del Caribe tipo continental. Tiene 1,100 km de longitud. El segmento de este arco o cadena volcánica de Centroamérica que corresponde a Nicaragua recorre 380 km y al menos 17 estructuras volcánicas. De acuerdo con el registro geológico de la historia eruptiva de los últimos 10,000 años existen 13 estructuras volcánicas activas en Nicaragua, ocho de las cuales han tenido actividad en los últimos cien años. El Cosigüina tuvo su última erupción en 1859; el Momotombo en el año 2016; el Telica, San Cristobal y Masaya, en el 2021; el Concepción en el 2011 y el Cerro Negro en 1999. El Volcán Concepción tiene la particularidad de ser considerado el más riesgoso debido a que la población que habita en la zona de influencia.

Varias de las ciudades de nuestro país se encuentran en la zona de influencia de los volcanes más activos; sin embargo, son una fuente de energía que se espera aprovechar en un futuro cercano. El 16% de la matriz energética de Nicaragua proviene de energía geotérmica y la fuente principal para la extracción de esta energía son los volcanes, muestra de ello son la planta geotérmica Momotombo, San Jacinto Tizate en Telica; de igual forma se está explorando en Cosigüina, Masaya, El Hoyo-Monte Galán, Casita-San Cristóbal, Chiltepe y Volcán Mombacho. También se consideran áreas de interés la Isla de Ometepe, Apoyo, Tipitapa, Chiltepe, entre otras.