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Inundaciones por marejadas ciclónicas: experiencia de los huracanes Eta e Iota

Inundaciones por marejadas ciclónicas: experiencia de los huracanes Eta e Iota
Ing. Elliet Pérez, docente investigadora IGG-CIGEO

Las inundaciones son uno de los riesgos naturales más comunes y destructivos. Cualquier parte donde llueva es vulnerable a las inundaciones, aunque la lluvia no es la única causa de esa vulnerabilidad1. Las tormentas o tsunamis pueden hacer que el mar avance tierra adentro, un fenómeno provocado por el cambio climático, el crecimiento poblacional y la destrucción de los ecosistemas costeros. Los huracanes son una de las causas principales de inundaciones, son tormentas grandes y violentas que se forman en el océano y afectan tierra firme debido a sus vientos y lluvias fuertes, los que pueden provocar marejadas ciclónicas y precipitaciones intensas2.

A finales del año 2020, la Costa Caribe Norte de Nicaragua se vio afectada por los huracanes Eta e Iota, los que generaron daños significativos a comunidades costeras tanto en las casas, embarcaciones, zonas de manglares e islas barrera. Ese año, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos catalogó la temporada de huracanes para el océano Atlántico como extremadamente activa, con un récord total de 30 tormentas, de las cuales 13 se convirtieron en huracanes. Según la NOAA, este fenómeno se debe una combinación de temperaturas de la superficie del Océano Atlántico más cálidas que el promedio, al monzón de África occidental más una cizalladura del viento vertical mucho más débil y patrones de vientos provenientes de África, además del fenómeno conocido como La Niña3.

Los huracanes de categorías mayores provocan marejadas ciclónicas, cuyas olas representan el mayor peligro para la vida y a la propiedad en las áreas costeras inmediatas; además, producen un aumento del nivel del agua muy rápido capaz de inundar extensas áreas en minutos4. Un ejemplo de este fenómeno fue el huracán Katrina en 2005, el que hizo que las marejadas alcanzaran los 9 metros. Katrina causó 1,604 muertes y daños estimados en $675,000 millones de dólares. Los daños causados por la marejada ciclónica excedieron por mucho los causados por los vientos en estas áreas5.

Es importante aclarar que los valores de la marejada no corresponden a la escala de vientos de Saffir Simpson para los huracanes; esta categoría está basada únicamente en la fuerza de los vientos que puede producir el huracán. El poder destructivo de la marejada ciclónica unido a las grandes olas generadas por el huracán puede resultar en pérdidas de vida humanas, edificios destruidos, erosión en la costa, daños a las carreteras y puentes a lo largo de la costa.

En los estuarios y pantanos la intrusión de agua salada pone en peligro la salud pública y el medio ambiente, afirma la NOAA6. El Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos indica que además en la marejada ciclónica el incremento del nivel del agua a lo largo de la costa durante el huracán, se puede dar por el empuje gravitacional de La Luna y El Sol, la acumulación de olas, el agua de lluvia que alimenta los ríos.

Por otra parte, la altura de la marejada ciclónica se ve influenciada por distintos factores, entre ellos: bajas presiones, intensidad de la tormenta, tamaño del ciclón, velocidad de traslación en una costa sin obstáculos, anchura e inclinación del fondo oceánico, características geográficas locales y las barreras que afectarán el flujo del agua. 

Esquema de la marejada ciclónica y marea de tormenta: https://www.univision.com/noticias/huracan-florence/que-es-una-marejada-ciclonica-y-por-que-es-tan-destructiva
Esquema de la marejada ciclónica y marea de tormenta: https://www.univision.com/noticias/huracan-florence/que-es-una-marejada-ciclonica-y-por-que-es-tan-destructiva

La marejada ciclónica es un fenómeno muy complejo porque es sensible a los más mínimos cambios de los factores que influyen en su formación. Las olas pueden aumentar el daño a los edificios directamente a lo largo de las costas. El agua pesa aproximadamente 1,700 libras por yarda cúbica y los golpes prolongados de las olas frecuentes pueden demoler cualquier estructura que no esté diseñada específicamente para resistir tales fuerzas. Los edificios que sobreviven a los vientos huracanados pueden sufrir daños a sus cimientos se ven socavados y debilitados por la erosión.

Los valores más altos en la marejada ciclónica ocurren el en cuadrante delantero derecho del huracán, que coincide con el cuadrante delantero izquierdo; al alejarse de estos cuadrantes este fenómeno disminuye su intensidad. Además, causan un alza rápida en los niveles del agua inundando varios kilómetros tierra adentro en minutos (NOAA, 2013). Las marejadas ciclónicas más altas ocurren con plataformas continentales anchas y suavemente inclinadas (zonas del Caribe para Nicaragua), mientras una marejada ciclónica menos alta ocurre con plataformas continentales estrechas y abruptamente inclinada (zona de Pacífico). 

Efecto de las marejadas ciclónicas por Eta e Iota

La zona costera del Atlántico Norte de Nicaragua es una zona de litoral, es decir es el área de transición e interacción entre el ambiente terrestre y el ambiente marino, caracterizada por la distribución del sedimento y la presencia de sistemas biológicos propios, así como una serie de procesos relacionados con el tipo de oleaje, el viento, las mareas, las corrientes litorales y la descarga fluvial. También se caracterizan por sus variados ecosistemas costeros, tales como islas barreras, estuarios, lagunas costeras, manglares y suampos. Estas áreas destacan por su importancia económica, ya que son zonas de pesca artesanal y medio de vida de pescadores. En Nicaragua las lagunas costeras son la parte final de los grandes sistemas de drenajes (cuencas) que recorren cientos de kilómetros dentro del territorio y desembocan en Océano Atlántico.

Casa cural Moraba destruida por la marejada y erosión severa en sus cimientos, lo que causó además fenómeno de licuefacción
Casa cural Moraba destruida por la marejada y erosión severa en sus cimientos, lo que causó además fenómeno de licuefacción

Las islas de barrera son zonas de crestas formadas por la acumulación de los sedimentos de arena, estas se encuentran paralelas a la costa principal separadas del continente por una laguna, bahía o pantano que los separe. Estas pueden ocurrir en cualquier ambiente geológico y tectónico si hay mucho sedimento disponible, procesos que permitan su acumulación y un lugar para que se depositen; son más predominantes en costas estables y mares marginales, como es el caso del Atlántico de Nicaragua que es una zona marginal de la placa tectónica del Caribe (SNET, 2009).

Esto significa que es un área poco activa sísmicamente hablando y no existe cerca un borde destructivo cercano, es un área poco profunda, al contrario de del caso de la Costa del Pacífico donde sus aguas son profundas por la inclinación y cercanía que tienen la placa hacia la zona de subducción. Estas pueden ser formaciones temporales en el tiempo geológico completamente inestables ya que están formadas por arena. Aunque son importantes debido a que actúan como defensa de la costa contra tormentas y huracanes y pueden minimizar el impacto de estos fenómenos en tierra firma.

Muchas de las comunidades de la Costa Caribe Norte están ubicadas en el litoral del mar Caribe o en el interior del estuario, lo cual repercutió en los daños causados por los huracanes Eta e Iota. De las ocho comunidades más afectadas, cinco están en frente de la zona de litoral del mar Caribe: Haulover, Wawa Bar, Wautha Bar, Barra de Prinzapolka y Walpasiksa; en su parte este y oeste están bordeadas por lagunas costeras, zonas extensas de manglares y humedales. También hay comunidades en el interior del estuario como el caso de Karata, Asiswatla y Samil. El primer grupo está ubicado en zonas de islas barrera y el segundo grupo en zonas de estuarios.

Haulover fue la comunidad devastada por los huracanes por su ubicación en una barrera natural, la que quedó dividida en dos partes. Los huracanes crearon una nueva morfología con una unión entre el agua salada del mar y el agua dulce de la laguna costera, además causaron una erosión severa y crearon oquedades de más de un metro de profundidad. Solo una vivienda se mantuvo en pie, pero con muchos daños estructurales en sus bases a causa de los golpes de las olas y la erosión. La comunidad quedó completamente bajo agua de la marejada.

Wawa Bar está a media hora de la comunidad de Haulover; fue golpeada por el cuadrante lateral derecho de los dos huracanes, pero el que más daño causó fue Iota, según testimonios de habitantes, quienes, pese a ser evacuados por las autoridades, quedaron en la barra. El nivel topográfico en ambas comunidades es entre 2 y 1 m s.n.m. lo cual las hizo vulnerables ante la marejada y la inundación. Las marcas de agua encontradas en distintos puntos de la comunidad y los testimonios de habitantes corroboraron que el agua superó los 4 metros en Wawa Bar, es posible que en Haulover el nivel subiera aún más.

En los casos de Barra de Prinzapolka y Walpasiksa su inundación fue provocada por la llena máxima del Río Prinzapolka, cuya zona de descarga se encuentra en este sector. Por otro lado, Asiswatla y Samil se ubican en el brazo sur del Río Prinzapolka. Las comunidades, posiblemente quedaron a la orilla sur del cuadrante lateral izquierdo del huracán, por tanto, el efecto de la marejada ciclónica fue menor, en comparación a las demás comunidades que abarcaron los cuadrantes del frente de los huracanes.

Es muy importante entender el riesgo que implican las inundaciones, de esta forma se pueden llevar a cabo los cambios necesarios para proteger a las personas, sus viviendas y medios de vida. Debemos realizar reconstrucciones mejoradas, establecer códigos de construcción con el futuro en mente y las características propias de cada área y sus recursos locales. Es recomendable realizar la evaluación del desarrollo costero principalmente de zonas de litorales e islas barreras, la planificación de infraestructura que pueda soportar mareas altas y que ayude a preparar a las comunidades para el futuro. También se debe hacer una planificación conservadora orientada a la prevención de los riesgos del aumento del nivel del mar.

  1. (National Geographic, 2022)
  2. NASA, 2020
  3. (NOAA, 2020)
  4. NHC, 2021
  5. Lopez R., Hayes J. y Rahman H., 2006
  6. NOAA, 2014
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Este enlace estará disponible desde el 25 de noviembre hasta el 12 de diciembre

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