Noticias falsas: cómo romper las brechas de la desinformación

En tiempos de crisis sanitaria internacional donde las noticias falsas se han proliferado más rápido que la mismísima pandemia del coronavirus, se hace necesario aprender a diferenciar una noticia real de una falsa. Este breve artículo tiene como objetivo alertar a la comunidad universitaria y población en general sobre el impacto psicológico y social que tienen las noticias falsas en nuestra vida cotidiana.

Si bien las redes sociales se han convertido en uno de los instrumentos que más han contribuido a la interconexión entre los usuarios desde cualquier parte del mundo, este boom ha traído consigo el fenómeno de la sobreinformación que en este contexto ha dado como resultado el incremento de noticias falsas y bulos sobre determinados acontecimientos. Por lo que es necesario seleccionar bien lo que vemos y escuchamos desde el momento en que damos un click a la pantalla de nuestros móviles o del pulsor de nuestro ordenador.

Las fake news, por su nombre en inglés, son noticias falsas emitidas con el fin de generar zozobra o alarma en la población, lo que genera un impacto negativo para quien las lee. Por lo general tienen doble propósito; por un lado volverse virales —en términos comunes lograr millones de vistas y generar ganancias económicas para quien las difunde— y por el otro, influir en el pensamiento de quien las lee con el fin de generar reacciones negativas, que van desde una opinión hasta una acción agresiva.

Las redes sociales han pasado de ser un medio de socialización, a ser un instrumento utilizado con fines de manipulación mediática. Algunos medios de comunicación en su afán de aumentar los niveles de audiencia han recurrido a la estrategia nociva de publicar noticias falsas para elevar su popularidad entre sus seguidores, olvidando sus principios como la educación.

En el artículo Fake news: una oportunidad para la alfabetización mediática, publicado en la revista Nueva Sociedad de Argentina, se asevera que la prensa y los informativos de televisión pierden audiencia, especialmente entre las generaciones más jóvenes, entre las cuales las redes sociales han pasado a ser hegemónicas. El 1% de las noticias falsas más virales se difunde rutinariamente entre 1 000 y 100 000 personas. De ahí que recurrir a inventar historias y publicarlas en redes sociales sea un método para atraer a los jóvenes.

El Director del Departamento de Filosofía de la UNAN-Managua, maestro Edwin Montes, sostiene que el cambio que han traído las nuevas tecnologías a la sociedad ha incidido tanto positivo como negativo, ya que ha transformado la opinión pública. «Con el tema del coronavirus las noticias falsas se han encargado de deslegitimar las acciones y políticas públicas que están implementando las instancias gubernamentales y los ministerios para contrarrestar esta pandemia, lo que empeora la situación socioeconómica de los países y de las familias», refirió.

Lamentablemente en América Latina las redes sociales se están utilizando para distorsionar la realidad y promover el descontento en la población. Muchas personas son susceptibles a estas situaciones y se ven afectadas como receptores de ese tipo de noticia. Otro de los factores es que algunos de los internautas no se toman el tiempo de revisar el contenido en su totalidad ni el origen de la fuente, si no que de manera espontánea reaccionan, comentan y comparten.

Según el MSc. Leslie Tórrez, Coordinador de la Dirección de Orientación Vocacional y Psicológica de la UNAN-Managua, se debe tener mucho cuidado al leer noticias negativas ya que generan miedo, inseguridad y emociones negativas como tristeza y depresión. «Los humanos como seres biopsicosociales y espirituales reaccionan según sus sentimientos y emociones, pero también conforme al ambiente», comenta.

Cabe destacar, que ante el fenómeno de la infodemia (sobreabundancia de información) se ha generado el debate sobre la responsabilidad que deben asumir los medios de comunicación para verificar la información antes de compartirla en sus plataformas digitales.

El periodista británico Aidan White, Director de la Red de Periodismo Ético (EJN), sostiene que aunque la convergencia y la tecnología han cambiado el mercado de la información, los usuarios deben ir más allá de los hechos y fomentar el análisis investigativo, ya que el poder está en el control de la información. «La misión del periodismo es servir a la sociedad de manera positiva al proporcionar información verificada de alta calidad y establecer a las empresas de noticias como marcas que certifiquen la confiabilidad del origen del contenido», asevera.

Por otro lado, el periodista, escritor y sociólogo español, Ignacio Ramonet, Doctor en Semiología e Historia de la Cultura en la Escuela de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales de París y Director del diario Le Monde Diplomatique (El mundo diplomático), recomienda que toda noticia sea estudiada con mucha paciencia para escudriñarla y decodificarla, de manera que reconozcamos si las fuentes que ocupa como referencia son reales, de igual forma, considera que no es bueno dejarnos llevar por la emoción y la impulsividad del momento. Es decir, en compartir de inmediato sin verificar los datos.

Finalmente para romper las brechas de la desinformación que generan las noticias falsas y la infodemia es preciso recurrir a nuevas estrategias que nos ayuden a identificar y seleccionar fuentes confiables, que nos permitan filtrar y verificar la información, entre las cuales tenemos las siguientes:

1. Analiza el título de la noticia. Una de las estrategias de los medios de comunicación es crear una reacción psicológica desde el momento en que lees el titular, ya que la mente asocia palabras con imágenes, de manera que estimula las emociones.
2. Lee de manera minuciosa. Luego de una lectura de exploración, debes proceder a realizar una lectura de apreciación más profunda y detallada en la cual puedas identificar la estructura gramatical de los párrafos, si hay coherencia y cohesión, pero sobre todo, si hay faltas de ortografía. Si observas incoherencia con los datos o párrafos mal construidos es señal de que no fue redactado por un profesional.
3. Verifica y compara los datos que se te brindan. Es importante revisar varios portales para corroborar la información es oficial. Este debe ser tu mayor desafío como lector y aunque te lleve más tiempo, hazlo. Pero, ¿cómo se verifican los datos de una nota? sencillo, los primeros pasos son ver quién escribe ese artículo, de dónde proviene, su fecha de publicación y las citas (fuentes) que se utilizan. De igual forma, revisa si las referencias son acreditadas y avaladas por las instancias correspondientes. Presta atención a esos detalles.
4. Verifica si la URL es real, ya que muchas páginas son falsas. Por lo general, una URL falsa contiene un carácter de más o uno menos, por ello se recomienda hacer clic en el artículo y comprobar que efectivamente sea una página web real.
5. En el caso de redes sociales, duda de los perfiles con pseudónimos, pocos seguidores o perfiles no verificados porque probablemente estos podrían haber sido creados de manera reciente. Cuando te topes con una situación de perfiles falsos, es conveniente que los denuncies para que la misma red social los bloqueé y así evites que otros usuarios sean engañados con la información que estos comparten.
6. Revisa a detalle la imagen que utilizan. Hoy en día una gran cantidad de fotografías son manipuladas con programas de edición, por lo que es importante revisar si la imagen está distorsionada o si pertenece a otro medio de comunicación. Para hacer la búsqueda de una imagen en Google, solo debes añadir la URL de la misma para descubrir su fuente original.

En esta era de la información, la divergencia de ideas no debe ser motivo para generar conflictos. Al contrario, nuestras opiniones deben contribuir a la construcción de una sociedad más tolerante y unida, en donde prevalezca la solidaridad y la paz.