UNAN-Managua

img-01022025200
img-2703202505
img-1803202501
img-0701202501
img-1908202415
img-260720243000
img-17072024010
UNICAM
img-1408202403
img-17072024020
img-17072024030
img-17072024040
previous arrow
next arrow

La construcción de un futuro sostenible, el sueño de la diriambina Bianka Barahona

La construcción de un futuro sostenible, el sueño de la diriambina Bianka Barahona

Doy fe que con esfuerzo y dedicación todo es posible para continuar aportando a Nicaragua un futuro mejor desde el aporte del desarrollo rural sostenible.

A sus 25 años, Bianka Esmeralda Barahona Molina originaria del municipio de Diriamba, es una mujer comprometida con el desarrollo rural y la sostenibilidad en Nicaragua. Actualmente estudia el último año de la carrera de Ingeniería en Desarrollo Rural Sostenible del programa Universidad en el Campo (UNICAM) que atiende la UNAN-Managua/CUR-Carazo; esta joven equilibra las exigencias que conlleva el rol de madre, estudiante y coordinadora de la Juventud Sandinista del D-I de su municipio. Desde su ingreso a la universidad a través de UNICAM, ha conjugado el día a día entre el liderazgo y la pasión por el trabajo en las comunidades rurales.

«Distribuir mi tiempo entre ser madre, estudiante y coordinadora ha sido complicado, pero he contado con el apoyo incondicional de mi familia y las autoridades políticas que me han permitido seguir creciendo profesionalmente». La elección de esta carrera le permitirá generar un impacto real en las comunidades rurales y los territorios que visita frecuentemente, ya que combina la gestión de recursos naturales con el desarrollo económico local, la agricultura sostenible y la protección ambiental.

«Tuve la oportunidad de ingresar a la universidad en el año 2019 mediante UNICAM, una iniciativa emblemática del Frente Sandinista de Liberación Nacional que facilita el acceso a la educación a jóvenes de zonas rurales del país».

La universitaria forma parte de la primera generación beneficiada por este Programa en Carazo, y desde entonces, ha destacado no solo por su rendimiento académico, sino por su dedicación a causas sociales y ambientales. Para ella, formar parte de la UNAN-Managua fue una oportunidad para cambiar no solo su vida, sino también la de las personas que la rodean e inclusive la de su comunidad.

Proveniente de una familia numerosa, su educación ha sido vista como un logro compartido por todos los miembros. Su hija, en particular, es su mayor inspiración. «Prometí desde que nació que le daría lo mejor, y ser profesional es parte de cumplir esa promesa», explica con determinación. Además, menciona con cariño a su amigo y compañero revolucionario Abdali Barahona (QEPD), quien fue un mentor para ella, animándola a no dejar pasar la oportunidad de estudiar y aprovechar los beneficios de UNICAM. Su legado vive en el esfuerzo diario por superarse y marcar la diferencia en su territorio.

Ser la primera en su familia en asistir a la universidad es, para ella, un logro significativo. «Es una victoria para mí y para toda mi familia. Estoy rompiendo barreras y mostrando que es posible alcanzar metas académicas, incluso cuando las circunstancias no son las ideales», afirmó.

A través de su participación en la Juventud Sandinista 19 de Julio ha promovido diversas iniciativas medioambientales desde Movimiento Ambientalista Guardabarranco, organizando actividades de concienciación y reforestación en su municipio. Su trabajo ha inspirado a otros jóvenes quienes conocen sobre la importancia de cuidar los recursos naturales y contribuir a la preservación del planeta.

Dentro de la universidad, está desarrollando junto a sus compañeros propuestas que ayudarán al proceso de enseñanza-aprendizaje como la implementación de aulas verdes, donde los estudiantes puedan aprender sobre plantas medicinales y ecología mediante un enfoque práctico e innovador.

Además, Bianka sueña con un futuro lleno de proyectos como la producción de Café Esmeralda y de alimentos para aves, los cuales no solo generarían ingresos a las familias rurales, también promoverían prácticas sostenibles y un comercio justo. Su visión va más allá de lo económico: ella quiere que su trabajo tenga un impacto social profundo, mejorando la calidad de vida de las comunidades rurales y fomentando una mayor conciencia sobre la importancia del desarrollo sostenible.

La joven construye su formación personal y profesional basada en principios revolucionarios y valores sólidos como la solidaridad, el humanismo, humildad, la empatía, el respeto y la gratitud, como ella misma señala, «quiero que mi experiencia sea de ejemplo para los jóvenes, doy fe que, con esfuerzo y dedicación, todo es posible para continuar haciendo de Nicaragua un lugar mejor desde el aporte del desarrollo rural sostenible».