
Inocuidad de los alimentos, entre los aportes que se brinda a la salud desde el Centro de Investigación en Biotecnología

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año, 600 millones de personas se enferman debido a los 200 tipos diferentes de enfermedades que pueden ser transmitidas por alimentos contaminados; la población con menos recursos y los jóvenes están entre los más afectados. Las enfermedades por esta causa provocan 420.000 muertes evitables al año.
Cada 7 de junio, se celebra el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos (DMIA), y en 2025 se conmemora la séptima edición de esta efeméride que tiene como objetivo sensibilizar e impulsar acciones concretas para prevenir, detectar y controlar los riesgos transmitidos por los alimentos, promoviendo así la salud humana, el comercio seguro, la agricultura responsable y el desarrollo sostenible. El lema de este año es «Inocuidad de los alimentos: la ciencia en acción» y destaca el papel esencial de la ciencia para garantizar que los alimentos que consumimos sean seguros
La UNAN-Managua cuenta con espacios como el Centro de Investigación en Biotecnología (CIB) que aportan en este tema; desde el Laboratorio de Bioquímica/Proximales se presta servicios y análisis en proyectos de investigación relacionados a la seguridad alimentaria e inocuidad de los alimentos, analizando desde materia prima hasta productos terminados, cumpliendo con los parámetros debidamente reglamentados por organismos internacionales como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y CODEX ALIMENTARIUS.
La licenciada Taryn Suazo, responsable de este Laboratorio, explica que se analizan metales y ciertos minerales que están reglamentados para garantizar la inocuidad y evitar contaminaciones. «También aportamos analizando la calidad nutricional de los alimentos, como el contenido de proteína, grasa y carbohidratos que se traducen en una etiqueta nutricional, que son necesarias en el proceso de comercialización», refiere.
Mediante este espacio se contribuye al desarrollo de proyectos con instituciones como el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA), en los cuales también participan estudiantes que realizan sus prácticas, pasantías y monografías, contribuyendo a asegurar la inocuidad alimentaria y a resaltar los nutrientes o contaminantes que deben evitarse en los alimentos, en este sentido, se ha trabajado con el jícaro, analizando la harina que se obtiene del prensado de la semilla, de la cual se obtiene aceite, además se ha trabajado con el amaranto y otras matrices.
El Laboratorio de Microbiología es otro de los espacios que trabaja en este tema, su responsable, la doctora en alimentos, María Teresa Plata Oviedo manifiesta que desde esta área se brindan servicios analíticos en el área de alimentos para cumplir con la inocuidad, un aspecto muy importante porque es la garantía que el consumidor no está expuesto a daños a su salud. «Cumplimos con todas las normas como el Reglamento Técnico Centroamericano, el cual estipula la colecta de la muestra, la preparación y las especificaciones microbiológicas, los rangos mínimos y máximos que deben de tener cada grupo de microorganismos», sostiene.
La profesional recomienda a los estudiantes y profesionales afines al tema aplicar los conocimientos que se adquieren en microbiología de alimentos, y al pueblo en general, implementar en la vida diaria buenas prácticas de higiene y de manipulación. «Primero en entrar, primero en salir, es una regla clave, debemos evitar la contaminación cruzada tomar conciencia de las acciones que realizamos en favor o en contra de nuestra salud», expresa.
Para el CIB, evaluar tanto la calidad nutricional, como las propiedades fisicoquímicas del alimento y la presencia o ausencia de ciertos contaminantes es de vital importancia para un consumo seguro. Mediante los servicios y análisis, se contribuye a salvaguardar la seguridad alimentaria, materializando el compromiso de la Universidad con el bienestar de las familias nicaragüenses.
La inocuidad de los alimentos representa que estos son seguros para el consumo y la salud humana. La celebración de la efeméride se constituye como una oportunidad para concienciar a la población sobre los problemas relacionados con la inocuidad alimentaria, estudiar enfoques colaborativos para mejorar el abordaje de esta temática en todos los sectores y promover soluciones que permitan prevenir enfermedades.