
El Trabajador Social, un profesional que aporta al desarrollo económico, social, inclusivo y cultural de la nación
El impacto de la carrera de Trabajo Social en la vida profesional es amplia y de gran valor para el desarrollo social, económico, político y cultural de la nación, por ende, es una de las carreras con mayor crecimiento en el campo laboral, desde las áreas de consejería, órgano judicial, sistemas penitenciarios, educativos, instituciones estatales, organizaciones sin fines de lucro, sector salud, hasta sectores económicos y empresariales, demandan de Trabajadores Sociales que posean las competencias necesarias para la elaboración de mapeos, planes de acompañamiento, intervención y atención a las personas, la familia o comunidad según la complejidad de los eventos y contextos, de igual manera, la capacidad para desarrollar diagnósticos, proyectos sociales inclusivos, educativos e interculturales que tomen en consideración las particularidades y realidades sociocomunitarias.
Grandes proyectos de infraestructura ameritan de diagnósticos sociales, y para ello el Trabajador Social posee las destrezas para su realización de tal manera que al momento de diseñar estos grandes proyectos de infraestructuras se tomen en consideración las particularidades y características de las familias y sectores involucrados en el proceso, por su parte, ante situaciones sensibles que impliquen procesos jurídicos, el Trabajador Social posee las competencias para acompañar a las familias y en especial a las víctimas de situaciones que les han situado en condiciones de vulnerabilidad, acompañando a mujeres sufren violencia en cualquiera de sus formas, a personas con discapacidad, niñez, adolescencia, juventud, adultos mayores y otros sectores.

El Trabajador Social profundiza en la realidad comunitaria, leyendo entre los hechos y las condiciones sociales todos aquellos aspectos que no se dicen pero que, por las características de los eventos, sucesos o situaciones pueden indicar o transmitir un mensaje, igualmente en el sector empresarial el aporte del Trabajador Social es fundamental para la Cultura de Paz, Convivencia Fraterna y Armoniosa entre los colaboradores de la empresa, ya que, desde sus capacidades ellos pueden aplicar técnicas y métodos de resolución de conflicto comunitario, fortalecimiento del trabajo colaborativo u otras variables del talento humano que pueden tener una influencia directa en la eficiencia, producción y gestión social de la empresa.
En el ámbito de la salud e inclusive, en el ámbito jurídico el impacto de la carrera de Trabajo Social ha crecido últimamente, aspectos como valoraciones de condiciones sociales y familiares para la adopción, situaciones de niñez, adolescencia y juventud ante eventos que pueden ubicar a la persona en condiciones de vulnerabilidad o acompañar a personas en condición de abandono o estado crítico en un centro de salud u hospital, mostrando el Trabajador Social los sentimientos de Amor, Empatía y Servicio Social que caracterizan a nuestro pueblo.

Esta carrera, por su amplia área de trabajo, desde la UNAN-Managua se desarrolla como un amplio proceso de formación que incluye la investigación, interculturalidad, inclusividad, gestión social, del talento humano, intervención, formación psicosocial, sociológica y jurídica, todo ello aplicado al campo social, comunitario y familiar. Con formación holística y ética, el profesional del Trabajo Social aplica sus conocimientos a situaciones y problemas de gran complejidad, por esa misma razón el estudiante que ingresa a la carrera desde su primer año, se enfrenta a esos desafíos, válido aclarar, siempre con el acompañamiento de un docente profesional en la materia que le guía en el proceso de formación académica e integral.
Desde primer año el estudiante desarrolla análisis de problemas desde el campo comunitario, aplicando técnicas y métodos para construir con la participación de la comunidad alternativas de solución ante tales situaciones, a la vez explora en el diagnóstico de casos que le permiten identificar situaciones particulares aplicando técnicas de investigación científica, de igual manera, en segundo año el estudiante desarrolla mapeos socio-comunitarios, aplicando sus conocimientos en escenarios reales donde contrasta la teoría con la práctica, analiza, reflexiona y cuestiona los planteamientos de los grandes teóricos de las diversas ciencias desde la visión de las familias y comunidades, considerando las características propias que le distinguen o las complementan dentro del espacio de la red social comunitaria.

En su tercer año, el estudiante desarrolla la capacidad de realizar procesos diagnósticos comunitarios participativos y propone estrategias de solución a través de procesos de mayor complejidad como los planes de atención, acompañamiento e intervención sociocomunitaria o institucional, utilizando los métodos psicosociales, jurídicos aprendidos durante la carrera. Su desempeño no se limita a lo aprendido en el desarrollo de los componentes curriculares, ya que la naturaleza de sus funciones le invita a desarrollar la creatividad en la forma de presentar los resultados de su trabajo, el uso de la tecnología de la información, la comunicación y plataformas virtuales para fortalecer sus conocimientos e interactuar en un ambiente de aprendizaje virtual.
En cuarto año, las y los estudiantes exploran el proceso de construcción de un proyecto social que retoma todos los conocimientos aprendidos, fortaleciendo sus capacidades de análisis de problemas, técnicas de participación comunitaria, gestión social, diagnóstico, entre otros, ya que en este importante nivel el estudiante propone como estrategia de solución de proyectos que toman en consideración los complejos contextos socioculturales, económicos y ambientales de la comunidad, incorporan en sus propuestas variables más complejas como las tradiciones, costumbres, dinámicas familiares y procesos psicosociales importantes en la vida misma de las personas para el diseño, ejecución y evaluación exitosa de los proyectos.
El estudiante en su último año fortalece su formación profesional con prácticas que le permiten mostrar sus capacidades y habilidades en contextos institucionales, gremiales, organizacionales reales, mostrando sus potenciales y proponiendo soluciones creativas antes los diferentes sucesos que se presenten en el espacio donde ejerce sus funciones.

Durante los últimos años, los jóvenes universitarios han desarrollado sus actividades prácticas en diferentes escenarios institucionales como el CIES, Ministerio de la Mujer, Clínica Psicológica Esperanza Monge Collado, de igual manera, han aportado al desarrollo de organizaciones como el Movimiento Luis Alfonso Velásquez Flores, espacios donde aportan al desarrollo familiar y comunitario desde la labor institucional, realizando talleres que fortalecen las capacidades de mujeres emprendedoras, atendiendo a la niñez con actividades socioeducativas, fomentando la práctica de actividades participativas y desarrollando programas de acompañamiento a personas con autismo.
Estas son algunas de las grandes actividades que desarrolla el Trabajador Social desde diferentes campos de acción, su formación holística e integral que le brinda la UNAN-Managua le permite ser un investigador social nato, humanista, empático y creativo, facilitándole a la sociedad nicaragüense profesionales comprometidos con las necesidades del pueblo, vinculados a la realidad social y a nuestro modelo de Gobierno Revolucionario que ubica a la Persona, la Familia y Comunidad como centro para el desarrollo nacional.

