Noticia destacada del Boletín Informativo No.142
Gaspar: “A morir, a morir guerrillero, para subir al cielo, hay que morir primero

“Vine a Nicaragua desde Asturias, mi tierra natal, a ejercer el sacerdocio como misionero hará unos nueve años. Me entregué con pasión a mi labor de apostolado y pronto fui descubriendo que el hambre y la sed de justicia del pueblo deprimido y humillado, al que yo he servido como sacerdote, reclamaba, más que el consuelo de las palabras, el consuelo de la acción.”
Gaspar García Laviana
El 11 de diciembre de 1978, hace 42 años, en la comunidad El Infierno, municipio de Cárdenas, Rivas, cayó en combate el cura guerrillero, Gaspar García Laviana “comandante Martín”.
Entre cristianismo y revolución no hay contradicción. Este ha sido uno de los principios de los movimientos libertarios en Latinoamérica, en los que se han encontrado las ansias de libertad de los pueblos con la promesa de un mundo mejor. El Reino del Señor, que es cercano, y se construye en la tierra. Un mundo donde hombres y mujeres podamos vivir en hermandad, sin explotación, con justicia y equidad.
Hay pecados sociales, como la destrucción de la Madre Tierra para extraer sus riquezas en beneficio de la acumulación capitalista. Pecado es la pobreza provocada por la codicia de unos pocos. El somocismo era un pecado, según predicaba el padre Gaspar García Laviana: “El somocismo es pecado y liberarnos de la opresión es librarnos del pecado. Y con el fusil en la mano, lleno de fe y amor por el pueblo nicaragüense, he de combatir hasta mi último aliento por el advenimiento del reino de la justicia en nuestra patria. ¡Patria libre o morir!”
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