Uso prolongado de dispositivos tecnológicos afecta la salud visual

Somos habitantes de un ecosistema tecnológico que evoluciona cada día, en el que gran cantidad de personas están utilizando dispositivos para trabajar, estudiar y encontrar en ellos música, amigos y mecanismos de distracción; aunque son herramientas provechosas en su mayoría, su uso prolongado puede acarrear problemas de salud, especialmente en la visión.

No cabe la menor duda que el uso de los dispositivos como los celulares, computadoras, tablets o televisores inteligentes han aumentado. Según el Informe Digital 2019 de la empresa Hootsuite, el 67 por ciento de la población mundial tiene acceso a un teléfono celular.

El Licenciado Manuel Pérez, docente de la carrera de Optometría Médica de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNAN-Managua, refiere que estos dispositivos emiten radiación electromagnética en diferentes longitudes de ondas y que algunas son más nocivas que otras; sin embargo, en la actualidad existen elementos de protección. «Algunos de los efectos contraproducentes no se notan de forma inmediata en la salud visual, ya sea en el cristalino (parte del ojo humano con forma de lente biconvexa situado detrás del iris y delante del humor vítreo), la córnea o la retina», dijo.

En 2011, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), por sus siglas en inglés, clasificó la radiación de los teléfonos móviles posiblemente cancerígenos, lo que significa que «podría haber algún riesgo» de carcinogenicidad, por lo que se debe realizar una investigación adicional sobre el uso prolongado de los teléfonos móviles.

Según el optometrista, el ojo es una estructura prediseñada para bloquear cierta gama de radiaciones, protegiéndolo para que el daño no llegue de forma directa a la parte fotosensible de la retina. Sostiene, además, que el impacto de las radiaciones será mayúsculo si al momento de utilizar los dispositivos, el tipo de iluminación del entorno a la que se esté expuesto sea insuficiente y se tenga que esforzar la visión y alterar las respuestas fisiológicas normales del ojo.

El especialista recomienda que es importante realizar pausas cada quince o veinte minutos cuando se hace una actividad visual de larga duración para que el sistema acomodativo, diseñado para enfocar objetos en distancias próximas, trabaje de forma óptima, ya que cuando se usa mucho el celular, se disminuye la frecuencia del parpadeo y la lubricación que permite la lágrima, por lo que la afectación es mayor por la resequedad del ojo, lo que trae consigo otras consecuencias.

El Lic. Pérez también sugiere reducir el brillo de los dispositivos, mantener una distancia de lectura de treinta a cuarenta centímetros para disminuir los efectos, y como una forma de protección, utilizar lentes con filtro para radiación ultravioleta, antirreflejos y blu-ray.

Por el creciente uso de estos dispositivos la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha promovido nuevas investigaciones sobre el tema y está evaluando su impacto sanitario. Mientras la Organización Internacional del Trabajo (OIT) clasificó dentro del grupo de enfermedades laborales la fatiga ocular causada, en algunos casos, por el esfuerzo muscular al usar pantallas.

La carrera de Optometría Médica de la UNAN-Managua ha realizado estudios para determinar los efectos contraproducentes de los aparatos tecnológicos. Actualmente, según el académico, la investigación sobre este tema es necesaria para incidir en las actitudes de las personas para proteger sus ojos.