En ocasión del Día Internacional de la Mujer Rural, la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) realizó en el auditorio Fernando Gordillo de la UNAN-Managua el panel: Protagonismo de la mujer en las diferentes etapas de la historia de Nicaragua, en el que participaron la Directora de Extensión Universitaria, Dra. Jilma Romero Arrechavala, y la Directora del Departamento de Antropología, MSc. Maritza Andino.
En su intervención la doctora Romero destacó el aporte de la mujer en los diversos procesos de transformación social. En Nicaragua, por ejemplo, la mujer ha sido protagonista en acontecimientos históricos como la revolución. En los últimos años ha asumido cargos importantes en la dirección del país. Asimismo, resaltó su contribución a la economía familiar a través de los programas sociales impulsados por el gobierno y las oportunidades que esta ha tenido para su formación técnica y universitaria que aportan al desarrollo de la sociedad.
Por su parte, la maestra Andino refirió que la historia ha permitido conocer los aportes de las mujeres y el rol que han tenido en las diferentes épocas, «ella es capaz de organizarse, de dar respuestas en condiciones adversas y está ocupando un lugar primordial gracias a las políticas de Estado; tiene más oportunidades que le permiten desarrollarse tanto en el campo como en la ciudad». De igual forma, dijo que es importante dialogar sobre lo que se está haciendo como academia para el aporte y consolidación de la mujer rural con identidad cultural.
El Día Internacional de la Mujer Rural fue establecido por la Asamblea General en su resolución 62/136, del 18 de diciembre de 2007, en ella se reconoce «la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza».
Con ese motivo, la resolución pide a los estados miembros que, en colaboración con las organizaciones de las Naciones Unidas y la sociedad civil, continúen esforzándose por aplicar los resultados de las conferencias y cumbres de las Naciones Unidas, y que asignen mayor importancia al mejoramiento de la situación de las mujeres rurales en sus estrategias de desarrollo nacionales, regionales y mundiales.
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