Ahora quiero hablar con ustedes o mejor dicho ahora estoy hablando con ustedes

Leonel Rugama es un referente de la poesía y la revolución latinoamericana. La poesía revolucionaria adquiere un nuevo sentido con Leonel, poesía firmada con su sangre, generosamente ofrecida.

Hace muchos años, encontré un libro cubierto de polvo. En su primera página se lee “En términos contemporáneos podríamos decir que le pensamiento del hombre ha tenido dos caminos o la torre de marfil, o el compromiso” esta frase es de Fernando Gordillo, pero solo hasta que conocí el ejemplo de Leonel es que adquirió verdadero sentido.

Leonel es también modelo de cristiano, no a la usanza farisaica, piadosa y devota, sino como un seguidor del más grande revolucionario, el hijo de la campesina y del obrero, el que fue ejecutado por el imperio, los sacerdotes y los vende patria.

Leonel nos muestra en sus poemas “Como los santos” una nueva dimensión del santoral, no un santoral lleno de desconocidos y lejanas imágenes, sino de rostros de hombres y mujeres reales, que con sus virtudes y defectos alcanzaron el más alto peldaño propuesto por la entrega y el amor al prójimo.

Con Leonel descubrimos la necesidad de una nueva espiritualidad para un nuevo modelo de sociedad, una espiritualidad desligada de los dogmas y personajes salidos de los más oscuros rincones del oscurantismo, una espiritualidad encarnada en el pueblo empobrecido, muerto y resucitado.

Nuestro santoral es inaugurado por Leonel, aunque él no es el primer santo, sino el primer santo que escribe poesía sobre los santos, el primero que pinta con sus versos a los santos.

La imagen de cristianos de Leonel es inspirada en el ejemplo de las primeras comunidades cristianas perseguidas por el Imperio, un cristianismo lejano de las estructuras, jerarquías y palacios obispales. Los santos de los que nos escribe Leonel no son perfectos, simplemente son quiénes dan ejemplo y testimonio de entrega, pues la mejor forma de entender el sacrificio revolucionario es la idea de los santos cristianos de las catacumbas, perseguidos en una vida llena de austeridad, de humildad y de sacrificio lejos y adversa de las jerarquías corruptas que se revuelcan en sus privilegios patriarcales y capitalistas.

La entrega de la vida misma no es asunto del pasado o de pocos, es de combate diario contra la pobreza, son miles los hombres y mujeres que siguiendo el ejemplo de Leonel cada día entregan su sudor y su sangre por la felicidad de la familias y comunidades del pueblo nicaragüense. Que sea Leonel nuestro referente de Santo, pero también que sea Leonel nuestro referente de Revolucionario.

¡Ya platicamos!
AHORA VAMOS A VIVIR COMO LOS SANTOS.

Escrito por: Xavier Rodríguez

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