
Huracanes, los visitantes no esperados del 2024

La temporada de huracanes comenzó en el Océano Atlántico el primero de junio y en el Océano Pacífico inició el quince de mayo; se espera que sea una temporada muy activa con al menos 17 tormentas y 8 que pueden alcanzar la categoría de huracanes; la región centroamericana puede verse afectada por estos fenómenos debido a su posición geográfica.
El Centro de Predicción del Clima de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) pronostica un 85% de probabilidades de una temporada de huracanes por encima de lo normal en el Atlántico; es posible que se presenten entre 17 y 25 tormentas, de las cuales entre 8 y 13 se podrían convertir en huracanes y al menos cuatro de ellos alcanzarán categoría 3 o superior.
En comparación con los últimos treinta años, la predicción para el año 2024 supera la media de ciclones o tormentas tropicales en 8, el número de huracanes en 3 y la cantidad de huracanes mayores en 2. El año pasado, por ejemplo, los centros internacionales de monitoreo habían predicho entre 14 y 21 tormentas con 5 huracanes que podían alcanzar categoría 3. Se presentaron 17 tormentas tropicales y 3 huracanes de importancia, entre los más impactantes estuvieron: Bret, Cindy, Franklin, Idalia, Katia y Ofelia.
Este año, tiene como factor clave al fenómeno de La Niña, el cual ocurre cuando las aguas superficiales del Pacífico central y oriental son más frías de lo normal, eso genera cambios en la circulación atmosférica tropical, en la temperatura y las precipitaciones, creando condiciones ideales para la formación e intensificación de huracanes.
El cambio climático y el aumento de la temperatura global también favorecen la cantidad de huracanes, la intensidad y su impacto. El agua del Atlántico, particularmente donde se forman la mayoría de los huracanes, ha alcanzado temperaturas récord y agua más cálida significa más posibilidades de tormentas porque la presión atmosférica baja y la atmósfera se torna inestable.
El año 2023 tuvo una temporada relativamente normal influenciada por El Niño, un fenómeno que suprime la actividad de huracanes en el Atlántico. De las 21 tormentas esperadas sucedieron 17 y 6 huracanes de importancia: Don, Franklin, Lee, Idalia, Margot y Nigel. El cierre de año contó con temperaturas más altas en algunas regiones, frentes fríos en otras, precipitaciones, humedad y calor extremo en todo el mundo.
En agosto, el huracán Hilary pasó a unos 184 kilómetros al sureste de Corinto y causó abundantes lluvias e inundaciones en el Pacífico del país, aunque no tocó tierras nicaragüenses. Este mismo mes, la tormenta tropical Idalia se convertía en huracán y afectaría la Costa Caribe Norte. Por su parte, el huracán Pilar puso en estado de alerta amarilla a Nicaragua en octubre del 2023.
Durante el año 2023, en Nicaragua fallecieron más de 30 personas debido a fenómenos meteorológicos, entre ellos, huracanes, accidentes de tránsito provocados por la lluvia, impacto de rayos, caída de árboles, contacto con tendido eléctrico y ahogamiento durante crecidas de río fueron las causas más recurrentes.
¿Cómo debemos prepararnos para la llegada de un huracán?
Para evitar ser víctima de estos fenómenos es importante estar atento a las noticias y reportes oficiales de las instituciones de gobierno, como el Instituto de Estudios Territoriales (INETER) y el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (SINAPRED). También se puede monitorear el avance de las tormentas a través de plataformas y aplicaciones móviles como Windy, Hurricane Tracker, Storm Radar, Hurricane Hound.
Se recomienda mantener suministros de emergencia, reserva de alimentos y agua; preparar un botiquín con medicinas, linternas y otros suministros de emergencia; crear un plan familiar ante desastres en el que se priorice a las personas mayores, niños y discapacitados, conservar a mano documentos y datos de importancia como números de emergencia, recetas médicas e identificaciones; ubicar el refugio más cercano y las rutas para llegar; desconectar electrodomésticos; no usar teléfonos móviles ni computadoras durante la tormenta; después de la tormenta es aconsejable evitar las áreas inundadas; evaluar los daños en las casas y sus alrededores.