Presentan estudio sobre el índice de radiación ultravioleta en balnearios del Pacífico

Niveles del índice de Radiación Ultravioleta-B en la costa del Pacífico de Managua y Rivas, es el título de la tesis elaborada por Rosalba Silva, coordinadora de área técnica de Meteorología Aeronáutica del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER), como parte de la jornada de estudios presentados desde el programa de Maestría en Gestión Integral del Riesgo de Desastres impartida por el Instituto de Geología y Geofísica (IGG-CIGEO) de la UNAN-Managua.

Silva promedió el índice ultravioleta desde abril del año 2021 hasta octubre del 2022 en cuatro balnearios del Pacífico: Pochomil y San Diego, en Managua; San Juan del Sur y Jiquelite, en Rivas. De igual manera, encuestó a 300 personas sobre el grado de conocimiento que tiene la población acerca de la radiación ultravioleta y los riesgos que ocasiona la exposición prolongada, así como las medidas adoptadas para proteger la piel y ojos.

A partir de su análisis, identificó que el índice UV y la cantidad de horas de exposición es mayor al rango de la escala propuesta por la Organización Mundial de la Salud. Las horas de mayor exposición se dan entre las 10:30 a.m. y las 4:00 p.m.; la población encuestada es en su mayoría nicaragüense, entre habitantes locales o turistas nacionales, con edades entre 18 y 35 años.

Los encuestados afirmaron que se exponen al sol durante más de cinco horas al día; son conscientes de que la sobreexposición ocasiona quemaduras, manchas blancas y cáncer en la piel, cataratas, ceguera y cáncer de ojo. Para protegerse de la radiación usan gafas de sol, bloqueador solar, camisas mangas largas, sombrero, gorras, sombrillas y lociones para la piel.

La posición geográfica de Nicaragua, su clima y la influencia de las sequías provoca que recibamos mayor radiación solar anualmente y los rayos ultravioletas tienen mayor incidencia debido al deterioro de la capa de ozono, el riesgo de exponerse a ellos aumenta en dependencia de las horas del día en que se dé la exposición, la cantidad de nubes, el mes o periodo del año, la orientación de los rayos, entre otros, afirma Silva.

Recomienda el monitoreo del índice UV y su divulgación a la población con las medidas de protección adecuadas; la colocación de un solmáforo en las playas o balnearios de mayor afluencia de visitantes y residentes locales; campañas informativas sobre las horas que registran los valores más altos de radiación, la reducción de horas de exposición tanto al sol como a su reflejo.