
Investigadores estudian causas de deslave en los volcanes Casitas y Concepción

El Instituto de Geología y Geofísica (IGG-CIGEO) organizó la presentación de dos ponencias sobre gestión del riesgo volcánico, basadas en el caso del deslave del volcán Casitas, ocurrido en octubre del año 1998 y que provocó el deceso de más de 3 mil habitantes de las comunidades Rolando Rodríguez y El Porvenir.
La primera charla fue impartida por la Mtra. Karolina D´trinidad, investigadora del IGG-CIGEO, quien abordó Gestión del Riesgo en Nicaragua: caso deslave del volcán Casitas,1998, en cuya disertación se refirió al contexto geológico nicaragüense, las características de la cadena volcánica y del complejo volcánico San Cristóbal, donde sucedió el desastre hace 26 años, producto de las aguas generadas por el huracán Mitch.
También describió la trayectoria del huracán, la forma en que se presentó el deslave y las afectaciones que provocó. De igual forma, resumió las iniciativas que el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional impulsa actualmente en cuanto a la gestión del riesgo mediante el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (SINAPRED), especialmente los ejercicios de preparación para proteger la vida en situaciones multiamenazas.
La segunda intervención estuvo a cargo del Mtro. Humberto García, del Centro de Investigación de Astrofísica y Ciencias Espaciales (CIACE), quien abordó Determinación de deslave producto del debilitamiento del edificio volcánico: casos volcanes Concepción y Casitas. Durante su ponencia, García enfatizó en el uso de plataformas satelitales para la observación de cambios en la Tierra, herramientas que le fueron de utilidad para analizar el deslave del Volcán Casitas de 1998 y del volcán Concepción en el año 2014.
Basado en el monitoreo mediante fotografías y otras herramientas satelitales, identificó cambios en la topografía de ambos colosos, la pendiente de los deslaves, el recorrido del huracán Mitch, el promedio de precipitaciones previo al evento, las modificaciones del terreno, la existencia de deslizamientos en años anteriores y el posible debilitamiento de las paredes de ambos volcanes, lo cual pudo repercutir en ambos fenómenos.