Estudiantes de Turismo Sostenible realizan feria de cocteles
Con el objetivo de poner en práctica los conocimientos y habilidades adquiridas en la asignatura Hospitalidad y Restauración Turística, estudiantes del tercer año de la carrera de Turismo Sostenible realizaron una feria de cocteles representativos de diversos países latinoamericanos y europeos.
Esta actividad, además de coadyuvar al fortalecimiento de habilidades y competencias profesionales, es una oportunidad para compartir experiencias. Según el maestro Sergio Herradora, Director del Departamento de Francés y miembro del comité evaluador del evento, la experiencia del coctelero es fundamental, pero también este debe conocer los secretos de las combinaciones de sabores para crear una bebida exquisita.
«En esta presentación evaluamos presentación, ingredientes, utensilios, personalidad y carisma de los integrantes, procedimientos, decoración, aroma, sabor, tiempo y limpieza del área de trabajo, a fin de que los estudiantes apliquen los conocimientos y habilidades adquiridas en clase», sostuvo el maestro Herradora.
Por su parte, el joven Eyner González, dirigente estudiantil de la carrera de Turismo Sostenible, expresó que, por medio de iniciativas sobre la cultura de diversos países, los estudiantes pueden aprender técnicas de elaboración de cocteles y compartir saberes entre los participantes.
En la actividad se representó a México (cóctel margarita), España (cóctel sangría), Nicaragua (cóctel macuá); Cuba (mojito cubano), Brasil (caipiriña), y Colombia (bandera colombiana).
Historia de la coctelería
Según Castillo (2016) del portal Bon Viveur, la coctelería es la técnica de armonizar equilibradamente el alcohol con otros ingredientes para crear colores y sabores en una bebida única y original. El término se usó por primera en el año 1806 en el periódico neoyorkino Balance, en donde se hizo referencia a nuevos combinados a base de licores.
Pero fue durante la Ley Seca de los Estados Unidos, alrededor de los años veinte, cuando estos se popularizaron. La restricción del consumo de bebidas alcohólicas y la consiguiente falta de suministro llevó a los bares a elaborar sus propios licores destilados y combinar alcohol con zumos de frutas. Sin embargo, durante los años ochenta, el boom de la coctelería se amplió debido al consumo de bebidas en las discotecas de popularidad.
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