El estrés, tan peligroso como el covid-19

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el estrés como «el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción, es decir, es una alerta biológica necesaria para la supervivencia». Esta reacción se presenta ante un desafío como un mecanismo de defensa.

En el contexto en que se encuentra la humanidad por la pandemia no es extraño que los casos de estrés aumenten en la población, afectando más a los niños y ancianos por su grado de vulnerabilidad. Como medidas ante esta situación, la maestra Yara Reyes Aguirre, Coordinadora de la Clínica Psicológica Esperanza Monge, de la UNAN-Managua, recomienda mantener la calma y no sobrecargarse de información si el contenido no es productivo, veraz y objetivo.

El coronavirus de tipo 2, causante del síndrome respiratorio agudo severo, ha sido motivo de estrés, ya que afecta a todos los seres humanos, sobre todo cuando tienen familiares que requieren mayor cuido, como los niños y ancianos. Aunque es normal sentir temor porque la enfermedad provocada por el virus puede ser letal, lo mejor es tomar medidas preventivas que eviten el estrés, el cual puede afectar la salud de la misma manera que el covid-19, comenta la maestra Reyes.

Entre las acciones preventivas que recomiendan los especialistas de la salud están: hacer uso racional de la internet para no ser parte de la dependencia tecnológica porque esto provoca sobreinformación cuyo contenido puede ser perjudicial, por lo tanto, es importante informarse a través de fuentes confiables que permitan conocer la verdadera situación, tomando en cuenta que en el hogar se intercambian opiniones y comentarios que pueden contribuir al bienestar emocional de la familia.

Otro consejo para contrarrestar el estrés es dormir lo correspondiente a la etapa del desarrollo de cada ser humano, es decir, según la edad; de igual manera, mantener el horario acostumbrado de cada día. El sueño debe fortalecerse o apoyarse con los ejercicios de respiración natural y un ambiente de relajación, creando las condiciones en el cuarto a través de la música instrumental, la cual beneficia de manera positiva las ondas cerebrales. Los ejercicios de relación se recomiendan en la mañana, a mediodía y en la noche, para ello, hay que cerrar los ojos, pensar positivo, contener el aire, contar hasta 5 y exhalar, esto se debe hacer 3 veces consecutivas, finalmente, flexionar el cuerpo lo más que se pueda para liberar energías.

Otro elemento importante es reconocer y aceptar los sentimientos y emociones, de manera que se puedan canalizar mediante el diálogo con otras personas a fin de generar bienestar físico y mental. Asimismo, es bueno reforzar la espiritualidad, retomar la reflexión y la oración. Para mantener una mente sana también es necesario dedicarle tiempo a la familia, ser más resiliente para ver lo positivo en momentos adversos, realizar actividades productivas en el hogar, en el trabajo, en la escuela, en la universidad, entre otros.

A las personas que están en casa se les recomienda comer saludable, hacer ejercicio físico y evitar la ingesta desmedida que puede provocar enfermedades crónicas no transmisibles y ansiedad, que es un grado de severidad del estrés.

La maestra Reyes destaca que el estrés se puede transmitir porque las reacciones corporales son percibidas por las demás personas que están alrededor. En este caso, los menores de edad son parte del sector vulnerable, ya que no pueden asumir o no comprenden por qué dejan de ir al colegio, por qué no van al parque o se sienten abrumados con la sobreprotección de los padres, lo cual puede afectar la parte conductual de menor durante su proceso de crecimiento y desarrollo.

Algunos de los síntomas del estrés a nivel fisiológico son: inquietud, agitación psicomotriz, sudoración en las manos, dolores musculares, miccionar recurrentemente, dolores de cabeza, dificultad para conciliar el sueño, taquicardia. En la parte psicológica se manifiesta a través del temor, la incertidumbre, la soledad, la tristeza, el llanto. Es importante atender estas señales de alerta que manda el cuerpo, refiere la coordinadora de la Clínica Esperanza Monge.

Considerando que el estrés profundo genera muchas otras afectaciones cuyas consecuencias son tan peligrosas como las del mismo coronavirus, es necesario no alarmarse sino más bien asumir todas las recomendaciones higiénicas emitidas por las autoridades de salud, cuidarse entre todos con responsabilidad, informarse bien y estar atentos de cualquier síntoma de alerta para acudir a los centros asistenciales, a fin de recibir la atención médica requerida.

Sobre el tema de la pandemia la UNAN-Mangua está ejecutando acciones establecidas en su protocolo sanitario institucional, como la ubicación de lavamanos en las principales zonas de acceso a la universidad e incremento de las medidas higiénicas en los baños, oficinas, bibliotecas, auditorios, comedores, aulas y laboratorios. En todas las dependencias se entrega jabón líquido y alcohol clínico; en el sitio web y redes sociales oficiales se informa de manera permanente y se capacita al personal docente y administrativo. Asimismo, para brindar atención integral a la comunidad universitaria se encuentran habilitadas las clínicas de atención psicológica de la Universidad.

A los jóvenes universitarios, además de las medidas antes mencionadas, se les recomienda continuar con una vida saludable previniendo el estrés mediante las siguientes acciones: calendarizar los horarios de estudio destinando el tiempo adecuado para cada asignatura; consumir alimentos ricos en vitaminas, minerales y fibras, para mejorar el desempeño; evitar el desvelo; estudiar con anticipación y realizar apuntes de los aspectos más relevantes de cada tema; pedir apoyo a los docentes al momento de cualquier dificultad, y aplicar las técnicas de respiración y ejercicios de relajación a fin de oxigenar el cerebro y bajar los niveles de tensión.

Si bien el estrés es una reacción ante las condiciones de vida a las que se enfrenta una persona, especialmente en situaciones críticas, también es importante buscar el apoyo necesario durante las primeras señales porque estas pueden avanzar a niveles de mayor peligrosidad como la ansiedad o la depresión, que muchas veces terminan en suicidio, que, según datos registrados por la OMS antes de la pandemia, fue la segunda causa de muerte entre grupos de 15 a 29 años. Por lo tanto, es pertinente cuidar la salud física y mental para contrarrestar dicha problemática.

En este contexto de emergencia sanitaria global, la UNAN-Managua mantiene habilitadas las clínicas de Atención Psicológica, de Emergencia y la de Becados Internos para brindar atención integral permanente, tanto a la comunidad interna como externa de la Universidad, conjuntamente invitan a acatar las orientaciones médicas que ayudarán a prevenir el covid-19, ya que hasta el momento es la única manera de contrarrestarlo.

Ana Isabel Alvarado Amador

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